Albino Pérez González al igual que muchos niños, jugaba a policías y ladrones, él por supuesto, siempre era el policía. Lo que comenzó como una actividad recreativa de su infancia es hoy su vocación, la razón por la cual dejó a su familia para radicar en el municipio de San Juan del Río.
Con 23 años de edad y una carrera universitaria, Albino se graduó de la novena Academia de Policía de San Juan del Río y ya forma parte de las filas de la corporación.
Finalmente tiene el trabajo que siempre quiso desempeñar y el territorio queretano le dio la oportunidad de alcanzar esta meta.
Originario de Aculco, Estado de México, a su corta edad, Albino se toma muy en serio la carrera policial.
Antes de reclutarse como cadete, estudió la licenciatura en Criminología en el Instituto Universitario del Centro de México, ubicado en San Juan del Río.
Fue durante el curso de sus estudios que decidió cambiar de residencia, para dedicar todo su tiempo al aprendizaje.
“No pensaba en otra cosa, siempre había querido ser policía, mis hermanos lo saben, mis papás, desde chiquito me veían jugando a ser policía, por eso es que no les tomó por sorpresa que me viniera a San Juan para buscar una oportunidad en la academia y afortunadamente pude entrar”, comenta.
Vocación de servicio
El destino de Albino pudo haber cambiado, si hubiera seguido los pasos de los demás integrantes de su familia, dedicados todos a la actividad comercial.
En algún momento, el joven pensó también en poner un negocio en Aculco y seguir con los suyos, pero el apoyo que recibió de sus padres fue determinante para que continuara con sus estudios y viera más cerca la posibilidad de convertirse en un elemento de policía.
Lo estudios de primaria, secundaria y preparatoria los cursó en Aculco; los fines de semana ayudaba a sus papás en las labores del campo, que combinaban con un establecimiento dedicado a la venta de granos.
Las responsabilidades del campo y el negocio familiar hicieron que Albino se olvidara por unos años del juegos de policías.
Mientras que sus hermanos abandonaron sus estudios para seguir los pasos de sus padres y dedicarse a la actividad comercial en su municipio natal.
Siendo el menor de cinco hermanos, Albino pensó que quizá su destino estaba en continuar con el aprendizaje que su familia le había brindado y establecer un negocio, continuar con sus padres en Aculco y contar con un medio de ingresos estable.
“Me quería quitar la espinita, estaba tranquilo con mi familia, pero siento que tengo una vocación de servicio y de ayuda y que por eso quise ser policía; terminando la preparatoria tenía que tomar una decisión, seguir con algún negocio o buscar una oportunidad de realizar mi sueño”, señaló.
Para los padres de Albino, San Juan del Río no era un municipio extraño, debido a que se localiza a 45 minutos de Aculco.
De manera recurrente viajaban a esta demarcación para abastecer la despensa o comprar los insumos necesarios para la producción de sus parcelas.
En estos viajes recurrentes en los que Albino acompañaba a su padre, fue que renació su internes en ser policía, pero a su corta edad podría ser difícil reclutarse, así que su segunda alternativa fue continuar con sus estudios.
“Les dije a mis papás que quería prepararme, para que más adelante pudiera ser policía, ellos me apoyaron, igual y porque siempre había sabido a lo que me quería dedicar y en San Juan del Río estaba disponible la especialidad en Criminalística, que pensé tenía relación con la carrera policial y fue así que comencé a prepararme”, comenta.
Se afianzó a su sueño
Fue en este municipio queretano donde el joven se afianzó a su vocación; aunque también pensó en ser policía en Aculco, pero una vez que concluyó sus estudios, no perdió oportunidad y acudió a la Secretaría de Seguridad Publica para informarse sobre la oportunidad de formar parte de la Secretaría de Seguridad Pública.
En febrero de este año se publicó la convocatoria para formar parte de la novena academia de policía en San Juan del Río, oportunidad que no fue desaprovechada por Albino, quien tuvo que someterse a controles de confianza y otras evaluaciones para poder ingresar.
Aprobó todas las evaluaciones, confirmó así que los suyo era el servicio a la ciudadanía.
Para Marcelina González Baltazar y Pablo Pérez Reséndiz, padres de Albino, sólo era cuestión de tiempo para que el joven alcanzara sus objetivos; no les sorprendió que ingresara a la academia, aunque están conscientes el riesgo que representa ser elemento de policía.
“Desde chico, él me decía, mamá yo quiero ser policía, al principio pensaba que sólo eran sus juegos de la infancia, pero es que mi hijo siempre ha sido muy estable, sabe lo que quiere, nosotros le apoyamos, como lo hemos hecho con sus hermanos, cada uno siguió su camino y él, que es el más pequeño quiso prepararse y pues aquí estamos echándole porras”, comenta su madre.
Graduación
El 8 de diciembre 22 cadetes se graduaron de la academia de policía, recibieron sus certificados de conclusión de cursos y el exhorto del secretario de Seguridad Pública de conducirse con rectitud, ser honestos y garantizar el respeto de las garantías individuales de los ciudadanos durante el desempeño de su labor.
En el mensaje de graduación, también se hizo mención del elemento de policía de Pedro Escobedo, Mario Alberto Duran Ángeles, ultimado a balazos horas antes.
Esta noticia taladró los oídos de Marcelina, quien le encomendó su hijo a Dios para luego darle un abrazo y desearle lo mejor en esta etapa de su vida.
“Lo que dijeron en la ceremonia, es verdad, los policías tienen que ser honestos para que les vaya bien y no les hagan daño, pero mi hijo siempre quiso dedicarse a esto y confiamos en Dios que lo va a proteger, nosotros desde Aculco rezaremos por él y vamos a visitarlo cada vez que podamos”, comenta Marcelina.
El padre de Albino no pudo acudir a la gradación pues debió quedarse a atender el negocio; una tía y unos sobrinos junto con su madre fueron los que llegaron ese día a San Juan para desearle lo menos a este joven proveniente del Estado de México.
El joven ve en el municipio de San Juan del Río la oportunidad de crecer profesionalmente, siendo un municipio más grande que Aculco y con mayores oportunidades para desempeñar su carrera policial.
Sueña con seguir en la corporación sanjuanenses y aspira a convertirse un día en el policía del año y más tarde, ocupar una jefatura.
Regresar a Aculco lo ve difícil, al igual que muchas otras personas, llegó al municipio queretano para quedarse, sin olvidar sus raíces, comenta, porque a su familia la lleva en el corazón.