Antes de ir a la parroquia, mi acompañante y yo acudimos al Registro Civil para realizar una solicitud de matrimonio. En 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una tesis jurisprudencial que señala como inconstitucional los códigos civiles de aquellos estados donde el matrimonio es entendido como la unión exclusiva entre un hombre y una mujer.
No obstante, en algunas entidades federativas mexicanas, incluyendo Querétaro, todavía no se ha logrado legislar sobre este tema.
En Amealco de Bonfil, al igual que en 16 municipios del estado (con la excepción de la capital, única alcaldía que permite el matrimonio igualitario sin la necesidad de un amparo) la unión entre personas del mismo sexo aún no está permitida sin recursos legales adicionales, y además algunas de ellas desconocen los trámites de procedimiento.
En las oficinas del Registro Civil de Amealco dos mujeres jóvenes nos atienden detrás de un pequeño escritorio.
—Venimos para saber los requisitos que se requieren para casarnos —les decimos.
Una de las mujeres, de estatura mediana y grandes ojos color avellana, nos muestra apresurada una hoja de requisitos que enlista lo siguiente: solicitud de matrimonio, acta de nacimiento, identificación oficial con fotografía vigente, CURP de los contrayentes, análisis clínicos prenupciales, certificado médico, asistir a la plática prematrimonial y otra serie de anexos que presenten excepciones en los trámites, por ejemplo, que uno de los novios sea viudo o divorciado o que contara con nacionalidad extranjera.
En ninguna parte se menciona qué procede si se trata de un matrimonio igualitario.
Cuando solicitamos requisitos para ello, los ojos color avellana del personal del registro se vue grandes y circulares.
Con desconcierto, las empleadas se miran entre ellas y disimulan una sonrisa.
—¿Es entre ustedes el matrimonio? —pregunta una de las mujeres del Registro.
—Sí —le respondemos.
En ese momento, la empleada que está sentada empieza a explicarnos que tenemos que ir a Querétaro, pues la oficina del Registro Civil del estado es la encargada de atender esos asuntos.
Entonces mencionamos algo sobre el amparo necesario para realizar la unión. “¡Ah, sí, el amparo!", dicen, como si hubieran olvidado ese trámite, y explican que ese procedimiento sólo se puede resolver en la capital, porque en Amealco, dicen con un dejo de orgullo, no ha habido matrimonios “de esos”.
Aunque sea en sentido figurado, pero, como en la parroquia del municipio, también en el Registro Civil le cierran las puertas al matrimonio igualitario.