Nueve trabajadores del municipio de Querétaro, identificados como parte del sindicato “legítimo”, fueron despedidos este viernes, entre ellos Melesio Carrillo Guardado, quien lideraba dicho movimiento.
José Luis González Godínez, asesor jurídico de los trabajadores, afirmó que se trata “de un acto de represión, creemos que hay intención de proteger a Celestino Bermúdez, por que él a su vez apoya la decisión de concesionar el servicio de recolección”.
La mañana de este viernes, se presentó ante los trabajadores un represente legal del municipio de Querétaro para notificarles su baja, con el argumento de “faltas a su trabajo y acciones diferentes a su responsabilidad en horario de trabajo”.
Esto se confirmó en una conferencia de prensa que sostuvieron los trabajadores en la Casa del Obrero, donde anunciaron que buscarán un mecanismo de amparo, ya que el despido no está justificado.
Previamente, una de las integrantes del Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Municipio de Querétaro informó, en entrevista, que se siguen cometiendo irregularidades desde el liderazgo de Celestino Bermúdez Jiménez, con el respaldo de la administración municipal.
La trabajadora, que pidió el anonimato para evitar represiones de la autoridad, expuso que Celestino sigue realizandorealiza actos que violentan los estatutos del sindicato y amenazando con despidos a quienes no estén de acuerdo con sus decisiones.
Afirmó que ha sostenido reuniones con el líder, a quien exigen cuentas para los integrantes del gremio, quienes señalan diversas irregularidades.
“Está el caso del salón del sindicato, Celestino lo está rentando, pero lleva mucho tiempo que no reporta en cuánto o cuántas veces, no sabemos cómo están esas cuentas […] el alcalde Marcos Aguilar en un inicio no quería a Celestino, yo estuve en esas reuniones, pero parece que le llegaron al precio, porque ahora Celestino apoya todo lo que el municipio hace”, sostuvo.
Los conflictos con el municipio ciniciaron con la concesión del servicio de recolección de basura, que estipuló el despido de más de 400 trabajadores, con la garantía de ser recontratados por la empresa con la licitación.
Luego de un paro parcial de labores, se decidió reubicarlos; Celestino amenazó a los recolectores con despedirlos si manifestaban su desacuerdo con las medidas de las autoridades, por lo que convocaron a asamblea.