J ob, Paloma y Teresa, de los municipios de Ezequiel Montes, Querétaro y Corregidora, respectivamente, tienen algo en común: son ejemplo de que se puede salir adelante. Los tres forman parte de un grupo integrado por 11 queretanos, quienes este martes 16 acudieron a la ciudad de Monterrey para, junto con otros 212 jóvenes de diversas partes del país, ser presentados como los nuevos líderes del mañana.
Tanto Job como Paloma y Teresa lograron ingresar a la tercera generación del programa de becas del Tecnológico de Monterrey, que recibió alrededor de 9 mil solicitudes este año. Es decir, forman parte del 2% que logró conseguir la beca de 100% en colegiatura durante toda su formación académica.
“Terminé la prepa en el Colegio de Bachilleres en Ezequiel Montes y llevo mi primera semana cursando en el Tecnológico de Monterrey la carrera de Ingeniería Civil. Aquí en la ciudad de Monterrey tengo el honor de ver edificios muy bellos que me inspiran para en un futuro yo poder crear edificios como estos”, comenta Job.
Un día, buscando becas en universidades de prestigio, el joven encontró con lo que considera una gran oportunidad. Ingresó a la página de Líderes del Mañana, leyó la convocatoria y se inscribió.
Pasó por diversos filtros. Le hicieron un primer examen de inglés y le pidieron su perfil para ver si era capaz de llevar “la encomienda de ser líder”.
“Pasé el primer filtro y empecé a hacer más exámenes. Piden mil 400 puntos, de mil 600 disponibles. Nos piden ensayos y escritos sobre nuestra historia de vida, nuestros objetivos que tenemos y nuestros logros. Después revisan nuestro perfil y hacen un estudio socioeconómico para ver que verídicamente si necesitamos la beca. Después, si se pasa todo esto, hay que esperar”, mencionó.
A Job desde muy chico le emociona la construcción y le gustan la arquitectura y el diseño. La gente que lo conoce en su municipio, su familia y sus amigos están muy orgullosos.
“Sé que es un gran logro que yo esté aquí y me siento muy feliz”, dice. En caso de no recibir la beca, Job buscaría ingresar a la Universidad Autónoma de Querétaro, aunque antes de hacer sus exámenes le dieron la noticia de que ingresaría al Tecnológico.
“Mi sueño es dar becas”. Paloma, de la capital del estado, estudió la preparatoria en el Tecnológico de Monterrey con una beca. Inicialmente vio la convocatoria de Líderes del Mañana y pensó sería muy difícil conseguirla, por lo que no ingresó su solicitud.
Hubo una segunda convocatoria y Paloma, dijo: “con todo”, porque era su única opción. La joven aplicó para la carrera de Comunicación y Medios Digitales, ya que considera que en la actualidad el mundo se mueve por medio de la información.
“Yo en mi corazón le pedía un buen a Dios que hiciera lo que quisiera pero pues yo quería estar ahí. El día de mi graduación de la prepa se publicaron los resultados a nivel nacional. Yo estaba muy nerviosa, abro el portal, veo la carta, y gané la beca del 100%. Mi mamá no me creía”, señaló.
Paloma planea, más adelante, hacer una fundación que dé becas: “Ahorita somos 212 los becados, pero me gustaría que no sólo sean 212. México tiene muchísimo talento y muchísimos jóvenes que no tienen los recursos para estudiar. Quiero que sean miles, porque no sólo nosotros somos capaces, hay muchos jóvenes que también. Mi sueño es dar becas a esos chavos desde la preparatoria a la universidad, y también llegar a sacar a los niños en situación de calle con comedores y casa”.
Una gran responsabilidad. En una ocasión, cuando tenía aproximadamente seis años, Teresa, del municipio de Corregidora, pasó por el campus del Tecnológico de Monterrey en Querétaro, donde ahora estudia Comunicación y Mercadotecnia.
“Pasamos y me encantó el campus; sobre todo la cancha de voleibol de playa, fue lo que más me impactó. Le dije a mi mama que quería estudiar ahí y me dijo que me aplicara, porque sin beca no había forma. Desde entonces creo que fue lo que me inspiró a yo ser aplicada en la escuela”, comentó.
Cuando se enteró de la convocatoria fue a pedir informes, pero quien la atendió le dijo que era muy difícil obtener esa beca. En su lugar aplicó para la de excelencia, pero pedían la inscripción antes de dar los resultados y no pudo pagarla. Fue cuando lo intentó.
Ya se la habían dado y todavía no se la creía. Para ella ganar la beca es principalmente dos cosas: la primera, una recompensa por todo el esfuerzo que ha puesto en su vida los últimos años, en todos los ámbitos.
“Creo que también conlleva una responsabilidad, porque de alguna manera para ser agradecida debo retribuir lo que me han dado”, indicó.