La creación de una Secretaría de Cultura en el país sería benéfica para el rubro ya que se le daría mayor jerarquía e importancia, afirmó el director del Centro de Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Querétaro, Manuel Naredo.
En entrevista, indicó que la creación de dicha instancia, propuesta por el Presidente Enrique Peña Nieto en su Tercer Informe de Gobierno, responde a las peticiones hechas por algunos sectores vinculados al ámbito de la cultura y las artes del país.
“Es una solicitud, una exigencia del ámbito cultural desde hace muchos años, y en términos generales será benéfico para el INAH porque dependerá directamente de la próxima Secretaría de Cultura y en términos administrativos y jurídicos, el instituto tendrá más practicidad para realizar su trabajo”, explicó.
Puntualizó que con la creación de esta dependencia desaparecería el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), además de ser fundamental el hecho de que en lugar de un organismo como este consejo se cuente con una secretaría de Estado, pues ello implica darle una mayor jerarquía a la cultura.
Agregó que tanto el INAH como el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) dependerían de esta secretaría, pues de hecho actualmente, en la práctica, dependen del Conaculta.
Hallazgo. Por otro lado, sobre las osamentas localizadas en un inmueble ubicado en el número cuatro de la calle de Allende, donde antiguamente se localizaba el Hospital de los Hipólitos, precisó que de cinco, sólo se pudo rescatar una, debido a las condiciones en las que se encontraban, por lo que las otra cuatro quedaron en el sitio con una placa que indica que están ahí.
“Los especialistas decidieron sacar algo y dejar la mayoría, después de registrarlo adecuadamente, en el mismo sitio”, abundó, al tiempo que recalcó que a lo que sacaron le están practicando los estudios correspondientes y dándoles el tratamiento de estabilidad para su conservación.
Por su parte, el antropólogo físico del Centro INAH, encargado del rescate de las osamentas, Israel Lara, dijo que la conservación de los restos óseos era mala, por lo que decidieron dejar la mayoría de los esqueletos en el lugar.
Asimismo, continuó, llegaron a un acuerdo con las autoridades municipales, encargadas de realizar una toma para drenaje en el lugar y por ello se ubicaron estos restos, para que modificara sus trabajos, dado que se requería de tiempo para realizar el rescate del hallazgo.
Del mismo modo, la falta de material para la conservación de los huesos motivó que llevaran a cabo una estrategia diferente para su rescate.
“Se le pidió al municipio que modificara su proyecto para que no incluyera un drenaje en esta zona y pudiéramos proteger lo que está ahí enterrado, y los materiales que habían permanecido ahí enterrados durante mucho tiempo no fueron recuperados, solamente se tomaron los datos generales mientras se hacía la excavación y se volvió a tapar el espacio, dejando el registro de que esos materiales están en ese lugar”, indicó.
Puntualizó que el hallazgo de este tipo son relativamente frecuentes en zonas donde existieron iglesias o que pertenecieron a atrios de las mismas y pues “es donde se sepultaba a los muertos”, explicó.