La tradición envuelve a la panadería Santa María, ubicada en el centro de la ciudad de Querétaro, específicamente en la calle Altamirano número 50, en donde se encuentra el local —que aunque tiene ocho meses que abrió sus puertas— lo respaldan 100 años de una familia que se dedicada a la panadería.

Los hermanos Alejandra y Alejandro Macías Reséndiz son quienes hacen y venden el pan, relatan que ésta es una tradición que ha cobijado a su familia desde la existencia de su bisabuelo.

“Ya tiene más de 100 años que mi familia se dedica a la elaboración de pan, desde mis bisabuelos. Como familia tenemos ésta, y una que es propiedad de unos tíos. Pero ahí donde está la vía del tren mi abuelo tenía su panadería, que se llamaba La Esmeralda, de eso hace como 100 años, pero ya no existe”, recordó Alejandra.

La joven panadera manifestó el agrado que genera el pertenecer a una familia que durante tanto tiempo se ha dedicado a elaborar pan artesanal “me da mucho gusto saber aplicar estos conocimientos que me dieron mis padres y mis abuelos; hemos conservado la receta familiar por más de 100 años.

Entre su familia panadera se encuentra un tío que —a decir de Alejandra— a sus 80 años sigue trabajando de panadero “pero él lo hace en su casa y sale a venderlo”.

Agregó que aunque procuran mantener las recetas familiares, algunas han sido mejoradas, a fin de incrementar la calidad de sus productos.

“Las seguimos haciendo igual, eso sí mejorando cada día, porque las tradicionales dobladas de queso son receta de mi bisabuelo, pero mi papá la mejoró para hacerla más fina”, relató.

Variedad

En la panadería Santa María se puede encontrar una amplia variedad de pan como: pan blanco, danés, bizcochos, pasteles, pan tradicional de Querétaro que son las dobladas queretanas que llevan queso en medio, ojos de panza de bizcocho, cuernitos, bigotes, corbatas, hojaldras, conchas, colchones y demás panes, que en listó la panadera.

Explicó que la peculiaridad del pan que elaboran es el proceso artesanal, mismo que no se lleva a cabo en las demás panaderías “para hacer una concha nos llevamos 24 horas, por la elaboración, la hacemos como hace 100 años, el proceso es muy lento, hay que dejar reposar la masa. Además nuestro pan no lleva conservadores, pura mantequilla, sin manteca ni margarina”.

En Santa María el pan blanco tiene un precio de 2.50 pesos, mientras que el de dulce es de 5.00 pesos.

Diariamente desde las cuatro de la mañana, Alejandra y Alejandro llegan a su local, situado en Centro Histórico; desde esa hora inicia el proceso de elaboración. Posteriormente abren a las nueve de la mañana y cierras las nueve de la noche. Aunque desde las cinco o seis de la mañana, sus clientes comienzan a llegar.

“La puesta está abierta desde las cuatro de la mañana, que es cuando llegamos a hacer el pan, desde entonces la gente comienza a venir por su el”, expresó Alejandra.

En la panadería únicamente laboran los dos hermanos, quienes desde hace ocho meses decidieron emprender un negocio juntos; el cual les ha dejado la satisfacción de continuar con la tradición familiar, además de deleitar los paladares que gustan del sabor artesanal.

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