María Sánchez Hernández y José Gustavo Martínez Torres son un matrimonio de cinco años; se conocieron en el Centro Histórico mientras trabajaban.

María trabaja en recolectar basura y José vende dulces en una silla de ruedas debido a su discapacidad.

El matrimonio coincidió que la economía familiar y la movilidad de José por la ciudad de Querétaro son las principales problemáticas a las que se enfrentan día con día, pues aunque no falta el trabajo —dijeron—, que el dinero que perciben no les es suficiente para cubrir sus gastos personales y los de su hijo de dos años de edad.

José Martínez —de 41 años de edad— perdió hace 17 años ambas piernas y el brazo izquierdo, ahora, se gana la vida comerciando dulces afuera de las oficinas del Registro Civil, en el municipio capitalino.

Por ese trabajo gana 150 pesos al día; monto —reconoció— insuficiente para cubrir los gastos de su familia, aunado a la falta de prestaciones.

“Yo gano 150 pesos libres, pero también tengo que surtirme de producto, es decir, si ganó 300 pesos, 150 los utilizo para los gastos de mi familia y los otros 150 pesos para comprar más mercancía”, expuso.

Sin embargo, la situación económica no es su único problema; ya que la movilidad por la ciudad, señaló lo limita. No obstante apuntó que su discapacidad no lo ha detenido para realizar sus labores.

José comienza su día justo a las 5:30 de la mañana, hora en la que se alista para emprender su viaje en silla de ruedas (que él mismo modificó para poder ofrecer su mercancía) de su casa ubicada en la colonia La Piedad, en la delegación Centro histórico hasta Jardín Guerrero, trayecto que le toma 40 minutos.

Dijo que el recorrido lo realiza junto a vehículos, ya que las banquetas y rampas existentes no son aptas para desplazarse sin que ocurra algún percance.

“El problema es en banquetas, rampas o la falta de información de la gente, no es lo mismo que uno ande caminando que en silla de ruedas”, lamentó.

María Sánchez —igualmente de 41 años de edad— se enamoró de Martínez Torres hace cinco años, y aunque recibió muchas críticas negativas de amigos, familiares y de la sociedad en general por la relación que mantenía con Gustavo, María aseveró que a ella nunca le dio importancia a la discapacidad de su ahora esposo.

María percibe mil 800 pesos por emplearse en el ayuntamiento como recolectora de basura, sin embargo, lamentó que a pesar de tener un trabajo seguro la remuneración es insuficiente para la quincena.

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