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Los socios afectados de la cooperativa “30 de agosto” continúan padeciendo las consecuencias del presunto fraude y no ven avances en las investigaciones, tal es el caso de la pensionada Jovita Cabello López, quien a ocho días de que iniciara esta situación considera como lentos los trabajos que realizan las procuradurías General de la República y la del Estado.
“Yo creo que esto va muy lento, supuestamente se está trabajando para apoyarnos, pero no nos dicen nada, no nos informan y pues eso nos hace estar inseguros y nomás nos tienen así, esperando y con la angustia de no saber qué va a pasar”, señaló.
A diario, los presuntos defraudados se rolan turnos para hacer guardia en la caja popular, donde en compañía de más mujeres y hombres siguen padeciendo la angustia de no saber dónde está su dinero, que para muchos es el ahorro de toda la vida, sino también las inclemencias del tiempo y el hambre, pues algunos vivían de los intereses de sus ahorros, como señala una afectada.
“Para nosotros todos estos días han sido un martirio. En la casa tengo a mi esposo enfermo que no puede caminar, yo solo venía a la caja a sacar el dinero cada ocho días, que era con lo que sobrevivíamos, pues el dinero es de mis hijos que están en Estados Unidos, que por cierto aún no saben de todo esto porque no tenemos teléfono, nos lo cortaron y no tenemos como pagarlo”.
Ante esta situación, piden una pronta intervención por parte de las autoridades estatales para que sean éstas las que aboguen por los miles de afectados.
“Necesitamos que el gobernador nos apoye y sea más rápido esto, porque somos muchos los adultos que dependemos, vivimos y comemos de nuestro dinero”, comentó Jovita.