Como hace 17 años Víctor Pérez y Guadalupe Aguilar visitan el Santuario de Schoenstatt. En un principio la pareja, que recién celebró sus 46 años de matrimonio, viajaba desde la Ciudad México para cumplir con esta tradición familiar, pero en años recientes lograron adquirir una vivienda en el Fraccionamiento Candiles, en donde actualmente viven, por lo que ahora es más sencillo regresar a Schoenstatt.

Una vez instalados en el Santuario, Guadalupe y Víctor realizan el recorrido que marcan los accesos principales. Respetar cada una de las indicaciones antes de llegar a la ermita que se ubica en la parte alta, es de vital importancia, en la tradición de la pareja. Solicitar “intervención divina” en el convulsionado panorama nacional, impregnado de violencia, es una de las principales razones por las cuales Guadalupe y Víctor asisten a este lugar.

Durante el jueves y viernes santos, la llegada de familias al Santuario de Schoenstatt fue en incremento constante tanto así que inclusive se presentaron algunos problemas de circulación tanto para acceder como salir del inmueble.

Y es que el desarrollo poblacional que experimenta la zona sur de la capital del estado, reconoce la pareja, ha provocado que arribar al Santuario es cada vez más complicado. El puente vehicular que conecta a la Comunidad de Los Olvera, resalta Guadalupe Aguilar, retrasa y desorienta la llegada de nuevos visitantes.

“Desde hace seis años, se construyeron muchos fraccionamientos en esta zona de la ciudad. Son fraccionamientos muy grandes que provocan que los vehículos circulen, como se dice a vuelta de rueda, inclusive en estos días que se supone que no hay tanto tráfico”, explica Guadalupe Aguilar.

Según información del personal administrativo que controla el acceso de los turistas que arriban a la ermita, estimó que durante estos días de festividad religiosa más de 2 mil personas visitarán la ermita construida en el año de 1974.

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