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La percepción de inseguridad entre la población mayor a 18 años que vive en la ciudad de Querétaro disminuyó en marzo a 57.6%, en comparación con diciembre de 2016, cuando se ubicó en 65.3%.
A nivel nacional, la percepción fue de 72.9%, nivel superior al obtenido en marzo de 2016, de 69.9%, pero inferior al resultado de diciembre pasado, que se ubicó en 74.1%.
De acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en marzo de 2017 Ecatepec de Morelos, Villahermosa y Chilpancingo de los Bravo fueron consideradas las zonas más inseguras del país.
En estos sitios, al igual que en la región norte de la Ciudad de México, Fresnillo y Coatzacoalcos, la percepción de inseguridad alcanzó niveles de más de 90%.
Por el contrario, Puerto Vallarta, Mérida y Durango fueron las ciudades con menor percepción de inseguridad, con 29.7%, 33.1% y 36.1%, respectivamente. A estas ciudades le siguieron Saltillo, Piedras Negras y Aguascalientes, cuyos niveles de inseguridad ascendieron a 43.9%, 48.7% y 49.9%.
La ENSU brinda estimaciones representativas de 52 ciudades a nivel nacional; tiene una periodicidad trimestral, y genera información sobre diversos aspectos de seguridad pública, relacionados con la sensación de inseguridad por temor al delito; la expectativa social sobre la tendencia del delito; el atestiguamiento de conductas delictivas; los cambios de rutinas o hábitos por temor a ser víctima del delito y la percepción del desempeño de las policías preventiva municipal, estatal, federal y la gendarmería nacional.
A partir del primer trimestre de 2016, la investigación incluye información relacionada con la sensación de inseguridad en lugares físicos, conflictos sociales en el entorno y el desempeño gubernamental.
En el caso de Querétaro, se presentó un ligero incremento en el rubro de los conflictos y conductas antisociales, pues los resultados revelan que se pasó de un indicador de 54%, en diciembre pasado, a uno de 54.3%, en marzo de 2017.
Esto significa que 54.3% de la población queretana de 18 años y más tuvo algún conflicto o enfrentamiento con familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela, establecimientos o con autoridades de gobierno, esto durante el primer trimestre de 2017.
En el contexto nacional, las ciudades en las que más conflictos se reportaron fueron Morelia (65.4%), Mexicali (60.5%) y Toluca de Lerdo (58.4%), mientras que San Francisco de Campeche (7.8%), Piedras Negras (8.7%) y Culiacán de los Rosales (15%) registraron los menores porcentajes. A nivel nacional la media fue de 35.2%.
En relación con el desempeño gubernamental, el porcentaje de la población de 18 años y más que consideró al gobierno de la ciudad de Querétaro como “muy o algo efectivo” para resolver los problemas más importantes fue de 27.9%. A nivel nacional fue de 23.9%.
Mérida, Piedras Negras y Nuevo Laredo fueron las ciudades con la mayor percepción, con niveles de 57.1%, 53.8% y 51.6%, respectivamente, mientras que el menor porcentaje de efectividad se registró en Ecatepec de Morelos (7.2%), la región Sur de la Ciudad de México (11.1%) y La Paz (11.8%).
A nivel nacional, el 76.7% de la población señaló como uno de los problemas más importantes en su ciudad los baches en calles y avenidas; 67.4% la delincuencia (robos, extorsiones, secuestros, fraudes, etc.), y 63.8% señaló el alumbrado público, el cual consideró insuficiente.
En lo referente a la percepción de seguridad en espacios físicos, el 80.2% de la población de 18 años y más manifestó sentirse insegura en cajeros automáticos, 73.4% en el transporte público, 66% en el banco y 65.1% en las calles que habitualmente transita.
El Inegi indicó que la sensación de inseguridad por temor al delito y las expectativas que tiene la población sobre la seguridad pública se generan por la influencia de diversos factores, como la atestiguación de conductas delictivas o antisociales que ocurren en el entorno donde se desenvuelve la población.
Asimismo, señaló que el temor al delito puede hacer cambiar las rutinas o hábitos de la población, así como la percepción que se tiene sobre el desempeño de la policía.