CUAUTITLÁN, Méx.— “Aquí se llora de alegría, no de tristeza”, asegura Eufrosina Paz Mendoza, de San Sebastián de la Barranca Norte, en San Juan del Río, Querétaro.
La mujer cantó Los Laureles en un predio cercano a la iglesia de El Cerrito, en Cuautitlán-México, donde existen vestigios de la vivienda que habitó San Juan Diego. El lugar dio refugio la noche del viernes y mañana del sábado a más de 18 mil peregrinas procedentes de Querétaro y Guanajuato.
Gilda García Alcocer, presidenta de la Asociación de Peregrinas de Querétaro al Tepeyac, dice que el camino fue de mucha lluvia y lodo, pero la larga caminata se realizó sin incidentes graves.
El primer grupo salió de Neblinas, en la Sierra de Querétaro, el viernes 4 de julio. En el camino se fueron juntando más grupos de esa entidad y de Guanajuato. También de Tepotzotlán, Estado de México.
Detrás vienen los hombres, alrededor de 26 mil, también a pie. Salieron de Neblinas el 5 de julio, un día después que las mujeres, que “caminan más despacio”.
Es la peregrinación 55, sólo suspendida en 2009 por el brote de influenza A (H1N1) que sufrió el país ese año, aunque un pequeño grupo de mujeres desafió la prohibición y marcharon hasta La Villa.
Sandra Siliceo Valdespino, ex presidenta de la asociación, señala que son 171 grupos de mujeres y la peregrinación se realizó con orden y saldo blanco.
“Es hermoso ser peregrina, estar llenas de fe y ver a la virgen de Guadalupe. Es nuestra vida y dar gracias a Dios, que nos ama tanto”, menciona la mujer que durante siete años encabezó con éxito las peregrinaciones.
El padre Bernardo Reséndiz Vizcaya, director espiritual de la peregrinación de mujeres, detalla que llevan 17 días de camino quienes salieron de Neblinas. Coincide que durante el trayecto encontraron mucha lluvia y lodo.
Lolita Flores Martínez tiene 36 años de peregrinar y salió de la Sierra Gorda de Querétaro: “Nunca ha sido por manda, es para agradecerle todo lo que recibo”, afirma la queretana.
Las mujeres descansaron en un predio ubicado casi frente a la iglesia de El Cerrito, en Cuautitlán-México. En el improvisado altar fue colocada la imagen de San Juan Diego. Llegaron la noche del viernes y salieron la mañana del sábado con rumbo a Santa Cecilia, en Tlalnepantla, donde descansarán antes de partir la madrugada del domingo hacia la Basílica de Guadalupe.
Los peregrinos llegarán el domingo a la Villa. Ahí los recibirá el obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz, y el abad de la Basílica. A las 8:00 horas arribarán los ciclistas, a las 9:00 las mujeres y a las 13:00 horas los hombres.
El regreso lo harán en autobuses, como cada año.