Con gran éxito y con la presencia de más de tres mil asistentes se llevó a cabo el Festival de Huapango, de Ahuacatlán de Guadalupe en el municipio de Pinal de Amoles, que en su edición numero 11 volvió a revivir el alma y espíritu de la música tradicional serrana.

Ni la lluvia ni el frío espantó a los bailarines, los cuales portaban botines especiales para la ocasión. La plaza central del pueblo se llenó por la gente que sabe disfrutar la música y esencia de un buen huapango.

Personas de todas las edades bailaron desde las ocho de la noche hasta las cinco de la mañana, lo que ya hace pensar a los organizadores en participar por un récord mundial de gente bailando huapango durante más horas continuas.

Dolores Morado Orduña, del comité organizador, dijo que todo se ha hecho con mucho esfuerzo “es un evento que cada año ha ido creciendo, los tríos vienen de voluntad, sin pago, además a la gente que asistió en gran número le damos las gracias, de igual manera a nuestras autoridades”.

El clima no fue el mejor aliado este año, externó la organizadora de esta tradición, “a pesar de la lluvia, aquí está la gente. Esta hermosa tradición sigue viva y continúa arraigada entre nuestra gente, este festival no se puede dejar caer, han venido personas de toda la República, se han divertido mucho y los que no sabían bailar huapango aquí les hemos enseñado”.

Antonio Ortiz se enteró del evento y desde Michoacán se animó a venir a la Sierra, “que maravilla de evento, es increíble que te den de comer gratis, esto no lo he visto en ningún otro lugar, te tratan de manera especial. Vengo con mi familia y hemos bailado durante horas, es un festival muy importante”.

María Palacios, es maestra de baile tradicional y contó expresiva cómo hace 11 años, asiste al festival, “como estudiosos del arte del huapango he observado como baila la gente de Ahuacatlán. Existen facetas y estilos que estamos promoviendo se incluyan en nuestras coreografías, aquí muchos bailan con huaraches y eso le da una connotación totalmente distinta a la interpretación sobre el tablado”.

El alcalde de Pinal de Amoles, César Arcega, manifestó su alegría por el éxito del Festival de Huapango, “estoy muy agradecido con la gente de Ahuacatlán quienes guardan esta costumbre que ha tenido una identidad para bailar huapango, tiene que haber tablado, aquí hay cariño a esta música que se lleva en el corazón”.

La noche fue larga se escuchó “El querreque”, más de 15 veces, el violín sonó pletórico, lleno de agudos perceptibles en cada zapateado, la jarana fue rascada magistralmente por cada músico, mientras que la quinta huoanguera fue testigo del arte y la identidad de un pueblo, que es considerado “la cuna del huapango.

Niños, jóvenes y mayores no dejaron de bailar durante más de 10 horas, pareció que no se cansaban, que se perdían entre la gente y que la magia de la música era eterna. Algunos paraban un momento, tomaban agua y café.

Seguridad. Las autoridades reportaron saldo blanco. Todos se respetan, se dejan de rencillas personales y familiares, porque honran el pasado y la historia de su tierra.

Durante dos días Ahuacatlán de Guadalupe recibió a sus visitantes, en un evento que intenta ser promocionado en otras latitudes, sin recursos, con cooperaciones principalmente de los comerciantes locales, con jóvenes comprometidos con esta tradición, donde sus padres y abuelos les enseñaron la importancia de conservar nuestra esencia. Este es Ahuacatlán de Guadalupe, el pueblo de las Lupitas.

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