Entendido como una iniciativa que se busca activar la economía que durante gran parte del año está rezagada, el Buen Fin sigue siendo un ejercicio “puesto muy a fuerza”; por ello, se ven ofertas que no representan un gran ahorro, consideró Rodrigo Castañeda, profesor de Mercadotecnia de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
“Lo entienden los economistas y quienes lo planearon, pero todos los demás no; entonces tienes a tiendas que abusan o te ofrecen descuentos que en realidad no son descuentos, o que una semana antes, para poder ofrecer un descuento, están subiendo los precios”, indicó.
Señaló que por desgracia en México las empresas tienden a tener un servicio casi nulo hacia el cliente, perdiendo de vista que si se cuida al consumidor éste regresa.
“Si tú le dices a una compañía ‘oye, esto me salió mal’, en lugar de decirte ‘te lo cambio y además te doy descuento’, se ofenden. Como tiendas es importante ver que si doy buenos descuentos y apapacho a mis consumidores, van a seguir viniendo conmigo. El Buen Fin es un momento para agradecer a los consumidores; sin embargo, en México esa visión empresarial está muy castigada.”
Educación para el consumo. En relación con el cliente, sostuvo que es esencial ser conscientes de por qué se va a adquirir un producto. “Todas las razones son válidas, pero si tenemos que tener claro cuál es la razón por la que estamos comprando”, refirió.
Otra cuestión que consideró importante es comparar precios: “Es bien importante y es algo que no nos enseñan en este país. Los programas de educación de la Profeco están muy rezagados en esta parte de enseñarnos cómo debemos de ser consumidores y la lección número uno es compara precios”.
“Pensamos que ser consumidor es simplemente ir y comprar algo, y no. Tiene un proceso, en el cual hay que ser conscientes para poder obtener la mayor satisfacción posible de lo que compremos”, dijo.
Conocer la Ley Federal de Protección al Consumidor se considera fundamental para hacer valer los derechos como consumidores, algo que a decir de Castañeda tampoco sucede. “En la media en que conozcamos la Ley Federal podemos defendernos de casos de abuso que se presentan a diario”, dijo.
A propósito de la normatividad, afirmó que se necesita revisar y actualizar la ley, lo que no se ha hecho y quita fuerza a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
“En México tenemos un rezago en la parte de atención al consumidor. Es curioso porque somos uno de los países más progresista en cuanto a defensa de derechos del consumidor, pero también ha habido un rezago en esta parte de educar”.
“No obstante, no podemos estar dependiendo siempre de la Profeco. Tenemos que actuar nosotros como consumidores, y parte es ser conscientes de por qué estamos comprando, comparar precios y ver si no va a afectar en nuestros bolsillos. Sólo entonces se aprovecharán programas como el Buen Fin”, acotó.
Expuso que si bien la estructura más esencial del Buen Fin busca que el dinero circule de forma rápida, lo que sucede en la actualidad, luego del triunfo de Donald Trump, es que la gente gasta menos esperando a ver qué pasa. Lo cierto es –señaló– que no hay la cantidad de dinero que debería estar gastándose.