Cargadores que trabajan en la Terminal de Autobuses de Querétaro (TAQ) exigen a sus clientes pagos en dólares por el servicio que prestan; las autoridades de administración de la central camionera no han dado declaración al respecto a pesar de las denuncias hechas por connacionales al ser víctimas de estos abusos.
Más de medio centenar de trabajadores conocidos como “diableros” son los que trabajan al interior de la Terminal de Autobuses de Querétaro; al menos unos 20 permanecen en ella durante las noches y las madrugadas que es cuando el grueso de unidades del norte del país llega y es en estos puntos cuando los cargadores comienzan a hacer de las suyas.
Al ver llegar un nutrido grupo de personas que descienden de un autobús proveniente de Nuevo Laredo, Monterrey o Tijuana, los cargadores ofrecen sus servicios a los cansados viajeros; al llegar con las familias o a punto de abordar los taxis piden en promedio 20 dólares a los usuarios de los autobuses.
“Esta vez decidí llegar a México vía Tijuana, perdí el avión y pues decidí usar el autobús, al saber que me deja en Querétaro pues fue más barato, mi familia es queretana y yo vivo en Los Ángeles, California. Cuando llegué cargaba cuatro cajas grandotas, no muy pesadas pero sí me resultó más barato meterlas en el camión que en el avión, un cargador llegó y me dijo que me ayudaba, cuando llegamos al taxi me dijo que eran 20 dólares por la cargada, le pregunté que si estaba equivocado y me dijo que eran dólares y no pesos”, narró Alejandro Hernández.
Soslayan denuncias
Las diferentes denuncias que han llegado a la redacción de EL UNIVERSAL, también han sido enviadas a las oficinas de la administración de la TAQ, pero la dirección de esta estación de paso no ha hecho caso a las mismas; el administrador general, Mauro Ochoa, no ha querido dar declaraciones al respecto.
“Los vamos a atender cuando el contador tenga tiempo para dar entrevistas, su agenda está muy ocupada y no atiende a nadie sin previa cita, lo más cercano que podemos agendar una cita con el contador es el día 2 de enero, antes no es posible”, indicó la secretaria del administrador de la estación de autobuses.
La seguridad privada contratada por parte de la estación de autobuses es ineficaz para verificar el trabajo de los cargadores, por lo que los usuarios se encuentran indefensos ante estos portadores de equipaje.
“Los elementos de seguridad privada que vigilan la estación de autobuses lo único que hacen es intentar que los autos se estacionen frente a la terminal A de la misma; el verificar el buen tránsito de los usuarios y que no sean asaltados por los ladrones que están trabajando dentro de la terminal no les importa”, manifestó molesta Angélica Ruiz, a quien le solicitaron 50 dólares por trasladar tres maletas a la puerta de un taxi.