En abril del año pasado, Martín Reyes Cervantes acudió al Hospital General de Querétaro en busca de ser atendido, pues los estragos de la diabetes y la insuficiencia renal que padece hacían delicado su estado de salud.
Actualmente tiene 45 años y la mitad de su vida se enmarcó por padecer diabetes.
La queja fue reportada como negligencia médica, pues además de no ser atendido tampoco se encontraba en existencia un catéter que requería, el cual le sería inmediatamente implantado.
Su hermana, Juana Reyes, recuerda: “Su estado de salud era delicado, necesitaba atención inmediata”, pero no fue atendido sino hasta dos días después.
Por esta situación y por la falta de consideración médica, los hermanos acudieron a la CEDH, donde trabajadores de la comisión intervinieron. A raíz de la queja, el servicio cambió considerablemente, incluso ahora agradecen el apoyo del personal hospitalario.
“Me iban a operar de una diálisis, además tengo diabetes, pero hubo muy mala atención al principio, no me quisieron atender, pues tenían mucho trabajo, pero mi estado de salud ya no podía esperar, más tiempo”, dijo Martín.
Juana Reyes explicó que su hermano “estaba muy delicado de salud, presentaba inflamación en el estómago, realmente estaba delicado. Pero al llegar al hospital general, en vez de recibir atención inmediata y rápida, vimos una negligencia médica que constó en dos días sin atención médica, y por falta de recursos pues no encontraban el catéter que requería mi hermano. Además, hubo una mala atención”.
Luego de la travesía hospitalaria que sufrieron, de no recibir atención médica pero de sí “maltratos”, dice Juana, ella acudió ante la CEDH. “Cuando sentí que perdía a mi hermano una conocida me dijo que viniera con Derechos Humanos, donde le dieron seguimiento a nuestro caso”.
A nombre de Martín, Juana expuso la queja ante el organismo, “la cual fue atendida inmediatamente, me escucharon, di la información y personal de la CEDH me acompañó al hospital”, dice.
Fue hasta entonces, cuando el hospital fue exhibido, que Martín recibió atención por parte de personal del sanatorio.
“A partir de la queja ellos conocieron el caso y fue una acción decisiva, desde entonces la atención médica, de enfermeros, médicos y de todo el personal ha sido muy buena, no han dejado de atendernos”, afirma.
Después de haber padecido tantos lamentos, el desconcierto terminó. “Hasta el momento ya no hay ninguna inconformidad, el trato cambió y nos han atendido. Es un apoyo que se agradece, sobre todo cuando uno es económicamente insolvente”, exclamó el afectado.
Reconoció que hasta el director del Hospital General de Querétaro, Alejandro Ibarra Orozco, cambió bastante, “aunque al parecer no sabía nada de lo que ocurría, pero él me ha tratado de maravilla y sólo espero que no haya ningún cambio”, aseveró Martín.
Él acude cada diez días al hospital, donde el trato ha cambiado considerablemente. Actualmente goza de un estado de salud estable.
“Desde que la CEDH intervino hemos recibido la mejor atención médica por parte de todos, hasta de las trabajadoras sociales. Por eso le recomiendo a la ciudadanía que no se deje y que acuda con asesores. La prueba es que sí nos apoyan, pues gracias a esa intervención mi hermano está vivo”, atestiguó Juana Reyes.