Diecisiete minutos después de la una de la tarde, ollas grandes comienzan a aparecer y desfilar a lo largo de la calle de Cuauhtémoc, muy cerca del Santuario de la Virgen de El Pueblito, un pasillo lleno de mesas y sillas que parece interminable donde muchos comensales, habitantes originarios de la zona así como cientos de visitantes de otras partes de Querétaro, ya esperan el ansiado caldo de buey.

Transcurrió un día de que los animales fueron bendecidos y paseados por las principales calles de El Pueblito —como lo marca la ancestral tradición—, por lo que los 12 mayordomos y las 12 tenanches de la corporación encargada de la festividad de este año ya tenían todo listo para ofrecer los alimentos a todo el que llegara al lugar, una espera que incluso se dio un par de horas antes del inicio de la repartición.

Degustación que no inició hasta que los mayordomos anfitriones recibieron la orden del guardián del Santuario de la Virgen de El Pueblito, Fray Miguel Ángel Campos Álvarez, quien llegó a las 13:55 horas cuando arribó al lugar el obispo Faustino Armendáriz, quien se sentó en la mesa principal dispuesta para las autoridades, aunque esperaron unos minutos más para el arranque porque aún no había llegado el presidente municipal de Corregidora, Mauricio Kuri.

Mientras se esperó al edil, a lo largo de la calle ya había largas filas de personas, algunas incluso con varios recipientes entre manos, quienes se formaron para aguardar su turno para recibir una prueba del caldo.

El reloj marca las 14:15 horas cuando se presentó el alcalde Kuri con su equipo de trabajo. Tras darle su bienvenida, el comité organizador anunció el comienzo de la repartición del caldo, un manjar para propios y extraños, resultado de las creencias católicas, herencias centenarias, de los habitantes de El Pueblito. Un caldo de buey, que podría traducirse como “el sabor de la fe”.

Sabor que sin la bendición del obispo Faustino Armendáriz no podría disfrutarse, así que tras completarse la mesa de las autoridades e invitados especiales, el representante de la Diócesis de Querétaro procedió a bendecir y dar las gracias por los alimentos y por los encargados de su elaboración para poder disfrutar de la experiencia tradicional.

A las 14:17 horas comenzó la repartición del caldo de buey. El estruendo de los cuetones se escuchó por los cielos. Mientras las autoridades eclesiásticas y civiles probaron la ofrenda que los habitantes de El Pueblito hacen a la Virgen como cada año, en cada una de las estaciones donde se sirvió el caldo se vivió gran movimiento pues nadie quería perderse la prueba del suculento manjar.

Los anfitriones solicitaron los recipientes. Sirvieron, entregaron, repartieron verduras, limones, pan y tortillas para todos aquellos que se acercaron con la intención de llevarse el alimento, muchos de ellos, quienes ya lo habían saboreado un día antes durante el paseo de los bueyes por las calles de El Pueblito.

De igual forma, los mismos mayordomos y familias organizadoras de la verbena religiosa sirvieron a todos los que se sentaron en las diversas mesas colocadas a lo largo de la calle y donde de fondo se escucha la música de la Explosiva Banda Lira’s que amenizó la hora de la comida.

En menos de una hora, los invitados a una de las celebraciones más representativas del municipio de Corregidora y específicamente de El Pueblito para festejar a su patrona, la Virgen de El Pueblito, terminaron con el caldo.

A las 15:09 horas, los encargados de la repartición raspan lo último que queda dentro de las ollas que habían desfilado por las calles. Los que se formaron desde horas antes probaron sin problemas el famoso caldo pero hubo también personas que llegaron cuando el festín ya había comenzado y por ende, no alcanzaron.

Sin embargo, son más los que se van satisfechos, bien comidos, de la calle Cuauhtémoc. Más de tres mil según números oficiales. Un platillo que para los visitantes es una fiel muestra de la devoción de los participantes en los festejos de este año por su patrona, pero además una gran muestra de humildad, hospitalidad y servicio de los organizadores que desde días previos alistaron lo necesario para la ofrenda.

Herencia familiar

Jesús Francisco es un niño de 9 años de edad. Él, como todos los anfitriones de la ofrenda de caldo de buey, lleva amarrado por la cintura un fajín rojo, con el que se diferencia de los visitantes.

Su padre, José Remedios López Molina este año fungió como acompañante de la primera tenanche, pero orgulloso contó que ya involucró a su pequeño para que desde ahora sepa la importancia de la tradición que tienen los habitantes de El Pueblito.

El pequeño, a su corta edad, aseguró que lleva muchos años en la festividad de la Virgen de El Pueblito, pero desde ahora consideró que “es muy bonita, es una tradición que nos une a todo el pueblo para festejar a la Virgen de El Pueblito”, quien dijo visitarla seguido en su Santuario.

Su padre, don José, antes de dedicarse de lleno al servicio de la ofrenda, platicó con EL UNIVERSAL Querétaro sobre su participación en los tradicionales festejos.

“Son 15 años ya de participar de alguna u otra forma en las fiestas de la Virgen. Así como mi suegro lo hizo pues él fue el que nos heredó la tradición, conocimiento y fe, ahora hago lo mismo con mi hijo para que desde ahora sepa de qué se trata y podamos seguir realizando estos festejos en un futuro”, comentó.

“Nosotros lo hacemos por fe, por el amor que sentimos por la Virgen de El Pueblito. En general somos como cuarenta personas las que organizamos todo esto, las que preparan y sirven, pero todo mediante la fe, porque invitamos a las autoridades pero realmente todo se organiza por la fe que tenemos por la Virgen”, explicó.

Por su parte, Mauricio Kuri consideró que no se deben olvidar las tradiciones de la demarcación, “pues por ejemplo esta tradición del paseo del buey y el ofrecimiento del caldo tiene más de 280 años, se espera una derrama económica de más de 10 millones de pesos durante los festejos, por lo que esperamos seguirle apostando a las tradiciones, porque aparte la gente se entrega y hay que reconocerles a las mayordomías su esfuerzo, que se encargan de que estas tradiciones no se pierdan, por lo que a nosotros, como gobierno, tenemos que seguirlas cuidando, resguardando y promoviendo”.

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