En la intersección de 5 de febrero y Zaragoza, dos de las avenidas más transitadas del estado, se puede observar el cruce permanente de vehículos desde seis puntos diferentes; las personas que tienen que atravesar de acera en acera corren lo más rápido posible, ya que el cruce peatonal, prácticamente borrado, no representa ningún valor para los apresurados choferes.

Los escasos ciclistas que llegan a aventurarse en esa zona de la entidad lo hacen sobre la acera, pues temen que un despistado conductor los pueda impactar; aunque esto no los exime de haber dejado el equipo de seguridad en casa.

La zona se encuentra muy cerca de la delegación del IMSS, a donde miles de personas acuden diariamente. Para llegar ahí, hay quienes deben atravesar esas peligrosas vialidades, algunos de ellos, incluso, lo hacen con muletas, bastón o, en casos más graves, en sillas de ruedas.

Todavía no llega el mediodía por lo que el tránsito parece ligero; sin embargo, cada 15 o 20 minutos se complica la carga vehicular, cuando sobre 5 de febrero aparecen los camiones de transporte público que utilizan su “vuelta continúa” para incorporarse a Zaragoza, lo que retrasa el andar de aquellos usuarios que decidieron caminar por el paso de cebra, para evitarse la fatiga de llegar hasta donde se encuentra el semáforo peatonal.

La señalética vial de la zona se encuentra en malas condiciones, desde los letreros hasta las líneas que marcan el derecho que tienen los peatones de cruzar. Inclusive, las banquetas son intermitentes, ya que hay constantes grietas y hoyos, esto sobre Zaragoza.

También se pueden observar postes de luz en la banqueta y algunas obras sin concluir provocan que las personas bajen de la acera; cuando se pone la luz verde, sólo hay unos centímetros entre el carro y el valiente caminante.

Conforme pasa el tiempo, aumenta la cantidad de vehículos que cruzan por ambas vialidades.

Ahora, los conductores parecen más ansiosos de que el semáforo les dé el paso, ahorrar unos segundos puede ser más importante para los que están detrás del volante, que las personas que atraviesan frente a ellos, por eso ni siquiera ven que se encuentran sobre las líneas blancas del asfalto.

Hasta los policías en motocicleta hacen caso omiso del área designada para que el peatón llegue a su destino, tal es el caso de los agentes que conducen las unidades SP-172 y SP-176, ellos aceleran sus motores con ansia de que toque su turno de avanzar.

Inclusive, por la premura que tienen estos patrulleros, no se percatan de los otros conductores que incurren en infracciones de tránsito, como lo es traer el teléfono en mano, no usar cinturón de seguridad, algunos ni siquiera utilizan las direccionales para cambiar de carril o de avenida; el único objetivo perceptible es avanzar antes que el otro.

Para que un ciudadano pueda cruzar de manera horizontal avenida 5 de febrero hay dos posibilidades: una es utilizar la esquina de Zaragoza “toreando” a los intempestivos choferes, o bien, caminar cerca de 500 metros hacia la zona de los hospitales para utilizar el puente peatonal.

La decisión que varios toman es la de evitar unos cuantos metros y correr por una distancia más corta, sin considerar el riesgo que conlleva.

Por lo que respecta a Zaragoza, en la parada de autobús existe un semáforo peatonal que dura unos cuantos segundos, pero que le da mayor certeza de seguridad al transeúnte.

Sin embargo, quienes cruzan por ahí tendrían que caminar aproximadamente 200 metros más para llegar a uno de los destinos más frecuentes del lugar: el IMSS.

Es por eso que los peatones que van en esta dirección prefieren esperar un descuido de los conductores, para llegar hasta el otro lado.

En cuanto al transporte público, tiene dos paradas: una en Zaragoza, en donde se estacionan el tiempo estrictamente necesario para que el usuario alcen a dar un brinco al interior; el otro es en 5 de febrero, en donde constantemente se estacionan en doble fila, pues taxis y camiones pelean por hacerse de clientes.

Durante más de tres horas no se percibió la presencia de inspectores del Instituto Queretano del Transporte, que verifiquen que estos choferes den un servicio de calidad;.

Tampoco se vio que algún policía realizara una infracción, pese a las recurrentes violaciones a un reglamento de tránsito, que busca mantener una sana relación entre los diferentes tipos de movilidad.

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