Consumir productos lácteos, principalmente leche, desde la infancia hasta la edad adulta, evita problemas de salud como descalcificación, fracturas y osteoporosis, informó el coordinador de la Clínica de Nutrición de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Óscar Martínez González.
El académico destacó que la leche es uno de los alimentos que en las últimas décadas ha dejado de consumirse paulatinamente por parte de la población adulta, principalmente, lo que ha generado que 90% de las personas sean intolerantes a la lactosa.
Detalló que al no consumir leche el cuerpo deja de producir la encima de la lactosa, que tiene la función de degradar el azúcar del lácteo, situación que genera malestar en el cuerpo del adulto cuando este quiere retomar su consumo.
“Al no haber una estimulación de la encima, provoca que cuando se quiera volver a regresar al consumo de la leche, es cuando se ocasionan problemas de intolerancia, ya que el organismos no está produciendo la cantidad de encimas necesarias para procesarla”, aseveró.
Asimismo, destacó el contenido de nutrimientos que tiene el producto lácteo, como proteínas, vitaminas A y D, calcio y ácido fólico, que son importantes para el cuerpo, sobre todo para el de una persona adulta, ya que la mayoría de estas propiedades ayudan a evitar el desarrollo de enfermedades propias de la edad.
“La osteoporosis se genera por una falta de calcio y esta descompensación debe ser complementada con una alimentación, en donde se aporte una cierta cantidad de calcio absorbible y que ayude a que la enfermedad no evolucione”, dijo.
Otra de las propiedades de la leche es la grasa butírica, que proporciona al lácteo la cremosidad y el sabor, nutrimiento igual de importante para el organismo.