Los equipos de bloqueo de señal de celular al interior del penal se encuentran en fase de ajuste, en vista que sólo evitan la salida de información de dos de las cuatro compañías telefónicas utilizadas en el estado, informó el director del Centro de Readaptación Social (Cereso), capitán Joaquín Ruelas.

Estos inhibidores de señal tienen un rango de acción de 600 metros de radio, pero las instalaciones del centro de readaptación varonil de San José el Alto tienen un terreno de más de cuatro mil metros cuadrados; por esta razón, es difícil el cubrir todas las instalaciones. Los bloqueadores de señal están distribuidos alrededor de la barda perimetral para poder cubrir todas las instalaciones.

Los internos de este Cereso llegan a esperar hasta tres horas para realizar una llamada telefónica, ya que los celulares están prohibidos al interior del centro. Los familiares, durante los días de visita, deben también de despojarse de todo los artículos de metal y celulares para no dejar nada a los internos.

“Todo en el penal tiene una razón de ser. La seguridad es algo que nos permite tener el control, las revisiones que realizamos son invasivas, pero los internos perdieron la libertad de tener posesiones, además de que tener un celular va contra las reglas internas del centro; así podemos mantener el control de los mismos reclusos”, explicó el director.

Los teléfonos “públicos” habilitados para los internos, al momento de enlazar la llamada, emiten una grabación que dice “está usted recibiendo una llamada de un centro de readaptación social, si la quiere recibir, presione 1”. Con esa medida se trata de mantener el control de las llamadas de los reclusos.

Las entradas a los teléfonos están controladas. Los familiares de los internos son los que les proporcionan el dinero o las tarjetas telefónicas para realizar llamadas.

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