Dormir en plena vía pública representa varios riesgos, que van desde ser víctima de la delincuencia, hasta adquirir una enfermedad, principalmente respiratoria a causa de las bajas temperaturas que se han reportado en la capital queretana.
Para combatir cualquiera de estos fenómenos, el municipio de Querétaro, junto con el gobierno del estado, pusieron en operación el Albergue Invernal 2013, cuya capacidad se espera que quede “al tope”, a decir del propio personal que ahí labora.
El albergue se ubica en la calle de Hidalgo, a pocos metros de la avenida Ezequiel Montes en pleno centro de la ciudad, lo que facilita el arribo de quienes necesiten pasar ahí la noche, con la seguridad de dormir tranquilos y con algo que comer, mencionan algunos huéspedes.
En un recorrido hecho por El Universal Querétaro, se pudo constatar que el lugar cuenta con estrictas medidas de higiene y con personal calificado en el trato de las personas que ahí llegan, quienes se mostraron contentas de contar con un lugar en dónde acudir a dormir.
El acceso a este sitio es controlado, y comienza alrededor de las ocho de la noche; al ingresar, deben identificarse plenamente con algún documento, acreditar que no se encuentran bajo los influjos de alguna sustancia, no portar armas u objetos que puedan representar algún peligro para el resto de los que ahí pernoctan, además de encontrarse con pleno uso de sus facultades mentales.
Una vez que están dentro, si no traen con qué dormir, como alguna colchoneta o cobija, ahí mismo se les proporciona una pieza de cada una, con lo que se busca que duerman de forma cálida. Asimismo, a las 9 de la noche se les sirve café caliente y se les da un pan para que cenen.
En tanto, a las 11 de la noche se cierra el acceso al inmueble, a menos que éste haya agotado el cupo antes de la hora.
Todo esta situación provoca en los usuarios del lugar confianza y satisfacción, sentimientos que según indicaron a este medio, difícilmente encuentran durmiendo en las banquetas.
Alberto Espinoza Reyes, un hombre que viene a trabajar de lunes a viernes y regresa al municipio de Amealco los fines de semana para ver a su familia, se dijo satisfecho de haber encontrado un lugar donde poder dormir y agradeció la atención que le han brindado.
“Yo por ejemplo vengo a trabajar, y como termino tarde, se me dificulta tomar el transporte de regreso a mi casa, además de que no me convendría estar yendo y viniendo por la cuestión económica, por éso mejor me quedo aquí, la verdad es que uno está muy a gusto, pero sobre todo estamos seguros, pues en la calle hay muchos riesgos que aquí se evitan”, indicó el trabajador.
La mayoría de las personas que ahí llegan son trabajadores de otros municipios, y aunque es mucho menor la cantidad de mujeres que piden albergue, éstas son separadas de la población masculina, para garantizarles una estadía acogedora.