Una de las tradiciones más emblemáticas de la cultura mexicana, es la instalación de nacimientos navideños, con los que se pretende recordar la celebración “real” del 24 de diciembre; el nacimiento del Niño Jesús.
Querétaro cuenta con grandes altares de este tipo, los cuales se han vuelto piezas emblemáticas de la tradición queretana, como el que cada año se instala en el Jardín Zenea, en pleno centro de la ciudad.
Y aunque este sería el más conocido por los queretanos, existen otros que son famosos, entre otras cosas, por el tiempo que llevan realizándose, como el de la iglesia de Lomas de Casa Blanca, que se instala desde hace más de 30 años, con gran entusiasmo y dedicación de quienes se encargan de esta tarea.
En entrevista para EL UNIVERSAL Querétaro, las hermanas Carmen y Raquel Rojas Ramírez, narraron que desde hace más de 30 años trabajan en el templo de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, ubicado en la avenida 8 de Lomas de Casa Blanca, zona de la ciudad que las vio crecer desde niñas.
Explicaron que aunque esta escena bíblica la representan a gran escala en una esquina de dicho templo con adornos que se extienden por toda la iglesia, anteriormente lo hacían de tal manera que abarcaba todo el altar, lo que dejaba poco espacio para el padre que oficiaba la misa.
Esta característica de tamaño, explicaron, fue lo que volvió famoso el nacimiento que hasta la fecha realizan, aunque no con las mismas dimensiones.
“Ante apenas cabía el padre para dar misa, lo que hacíamos era monumental y ocupaba prácticamente todo el frente de la iglesia, pero ahora preferimos hacerlo un poco más pequeño aunque igualmente procuramos que sea algo muy representativo”, indicó Carmen Rojas.
Ambas hermanas lamentaron la pérdida de costumbres en la sociedad mexicana, que “cada día se olvidan más de lo que se celebra el 24 de diciembre” y aseguraron que la tradición de los nacimientos también va en decadencia.
“Es triste que hoy los nacimientos ya no son lo de antes, ahora la gente acostumbra a ponerlos unos días antes del 24 y lo quitan rápido, además ya casi no les ponen esmero y los hacen de tamaños mínimos, y no como antes, que incluso se ocupaban cuartos enteros para representar la llegada de El Salvador”, expresó Raquel Rojas.