La corrupción cuesta alrededor de 10% a empresarios, afirmó el presidente de la Unión Social de Empresarios de México (USEM), Víctor Javier Salas, quien reconoció que esto se lleva a cabo en todos los niveles de gobierno, por lo que hizo un llamado a erradicar estas prácticas y denunciar para aspirar a un mejor país.
Aseguró que para que una empresa pueda trabajar, es necesario que ofrezca algún pago a las autoridades, de lo contrario se encuentra con diversas problemáticas para llevar a cabo sus labores, sobre todo porque hay sectores en lo que se privilegia el “compadrazgo” o los compromisos previamente obtenidos con alguna compañía en particular, lo que resta productividad a otras que se desarrollan en las mismas áreas.
Reconoció que los empresarios han perdido credibilidad ante estas situaciones y que estas dinámicas, vistas desde el extranjero, podrían afectar la llegada de inversiones, aunque dijo que en otros países también sucede.
La fuerza para cambiar esta problemática, comentó, depende de la unión de las empresas, pues si sólo se acerca un pequeño grupo a pedir que las cosas se modifiquen no habrá importantes cambios. Por eso explicó que hace unos meses, en conjunto con la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), propusieron trabajar bajo principios éticos por parte de las compañías.
Crecimiento en primer cuatrimestre
Aunque tenía proyectado un crecimiento de entre 25% y 30% con respecto al mismo periodo del año pasado, el presidente afirmó que han logrado entre 10% y 15%, y que desafortunadamente las empresas que han logrado tener un repunte son porque podrían estar “apadrinadas”.
Sobre todo en la industria de la construcción, declaró que alrededor de 80% de las constructoras se han visto afectadas por no tener los contactos necesarios que les den obra, y no sólo en el sector público, sino también en la edificación de vivienda.
Lo anterior representa una competencia desleal para los competidores, pues los dejan con un mercado reducido y pocas oportunidades.
Otro aspecto que repercutió en el bajo crecimiento logrado en la primera parte del año, son las reformas, en especial la hacendaria, pues además de pagar más impuestos, como patrones, se tuvo la afectación de la deducibilidad de nómina y prestaciones. Por esto, algunos empresarios redujeron las prestaciones superiores a la ley, pues ahora sólo se puede deducir poco más de 50%.