El presidente de la Asociación a Antros, Bares y Discotecas, Rogelio Garfias Torres, dijo que hay “un descontrol” de estos establecimientos en el primer cuadro de la ciudad, porque muchos abren y cierran a los pocos días.
Esta asociación tiene registrado con 50% de los antros establecidos en el centro histórico, los cuales económicamente siguen siendo redituables; sin embargo, reconocen que debe haber intervención de autoridades para controlar un asunto que está “fuera de las manos”.
Dicha situación ha derivado en un problema no solo económico (por la competencia desleal), sino social, pues desde años atrás los vecinos del primer cuadro de la ciudad se quejaban de manera recurrente por el ruido de los centros nocturnos.
La falta de respeto a los reglamentos municipales, la falta de mano firme en los operativos y la concesión de permisos en “masa”, han llevado a provocado este problema, reconoció el presidente de la asociación. Asentó que la asociación va de la mano con la premisa de gobierno del estado y el municipio sobre “no más licencias de funcionamiento en el primer cuadro de la ciudad”.
En su calidad de presidente se han entrevistado con los vecinos y por parte de los agremiados se ha cumplido el tope de decibeles, sin embargo, la competencia desleal persiste. “Cero licencias para el primer cuadro de la ciudad, un empresario le baja el volumen y el vecino de enfrente le sube, sus comensales se van para allá, y es un círculo que no se ha roto”.
Registro
Explicó que al primer semestre del año se registraba la existencia de 785 establecimientos con permiso para la venta de alcohol; hoy en día son cerca de 680.
La Norma Oficial Mexicana para Ruido Ambiente, indica que de seis de la mañana a 10 de la noche el límite de decibeles es de 68, de 22 a seis horas es de 65, lo que se contempla en el código municipal de Querétaro en su artículo 228.
La presidenta de la Asociación de vecinos del Centro Histórico y barrio de la Cruz, Norma Ofelia Leyva Torres, señalaba que ninguno de los negocios instalados tenía la estructura necesaria para ser antros. “Ni tienen la estructura necesaria para este tipo de negocios. Se requiere que tengan aislantes, salidas de emergencia pero ninguno cuenta con ellos”.
Los vecinos del Centro Histórico se quejaron, afínales del mes de agosto y principios de septiembre de que los bares y antros instalados en el primer cuadro de la ciudad generan ruido excesivo, pero también acusaron que provocan “delincuencia, prostitución y suciedad en las calles”.