Durante el tercer domingo de Pascua, el Obispo de Querétaro, Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, exhortó a los católicos queretanos a ser misioneros de la Iglesia y predicar en su comunidad así como entre sus semejantes la palabra de Dios, la cual, dijo, es alimento para el alma.

Recordó lo que sucedió en el tiempo de Jesús en la ciudad de Samaria, en donde tuvo un encuentro con lugareña a quien le pidió de agua, mientras ella sacaba el líquido de un pozo.

Tras varios minutos de conversación, Jesús le aseguró a la mujer “El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna”.

La mujer, al saber de la propia voz de Jesús que él era el mesías, dejó su cántaro y corrió a la ciudad y dijo a la gente que fueran a ver a un hombre que le había dicho todo lo ella había hecho.

En este sentido, el Obispo, explicó que lo que narra el Evangelio es la descripción del camino sobre alguien que se encuentra con Jesús y experimenta su amor, y quien a su vez no puede quedarse disfrutando a solas la felicidad de este encuentro, sino que debe compartirlo a los demás e invitarlos a que también vivan esa experiencia.

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