Localizadas en la parte baja de la zona de rocas, cerca de 20 familias en el barrio La Cruz, municipio de San Juan del Río, están en espera de un veredicto que determine la pertinencia de reubicar sus hogares o conservar su patrimonio.
Con cerca de 17 años de vivir en esta zona, los habitantes se han acostumbrado al paisaje de enormes rocas en la parte alta del barrio; en la pasada administración les anticipaban la reubicación de sus hogares, tras los derrumbes en Lomo de Toro, comunidad cercana a la primera.
En la zona se ubican más viviendas, que se estima sean habitadas por cerca de 20 familias. El parentesco y las condiciones económicas hacen posible que compartan el mismo techo, pero la extensión de sus propiedades es suficiente para albergar a varias personas.
Justo en la cima de la zona rocosa se encuentran los vestigios que conforman la pirámide, en la que cada año se celebra el Equinoccio de Primavera, escenario de diversos eventos culturales llevados a cabo en el barrio de La Cruz, por sus habitantes. Esta zona se encuentra también en espera de ser rescatada.
En marzo de 2010 cayeron enormes piedras encima de viviendas de la comunidad Lomo de Toro, que es al igual que el barrio La Cruz, zonas de peligro por derrumbes.
En ese entonces, autoridades municipales planearon la reubicación de familias en riesgo de ambas localidades. Pero los habitantes se negaron, debido a que la propuesta de la residencia municipal era dotarles de una vivienda en la comunidad de Cerro Gordo, cuya extensión de las casas era muy inferior a sus propiedades actuales.
Caledonio Hernández Hernández cuenta con siete años habitando una de las viviendas que comparte con otros parientes.
Él fue visitado en el año 2010, cuando se planeaba la reubicación de dichas casas. Desde entonces, ya no ha notado la presencia de elementos de Protección Civil, que antes revisaban a detalle la zona de enormes rocas.
Inspección
Esta semana, autoridades municipales se reunieron con el director de la Unidad Estatal de Protección Civil, Gerardo Quirarte, para analizar la situación de la zona de derrumbes del barrio y de Lomo de Toro.
A inicio de año, el municipio solicitó la intervención de la empresa Geofísica y Geotécnica para realizar un estudio de las zonas de derrumbes y presentar un proyecto de anclaje.
La empresa estimó requerir 5 millones de pesos para tal acción, pero al momento no se ha determinado la fecha de arranque.
Ni Celedonio ni Hilda García, otra de las habitantes de la zona, se han percatado de la presencia de personal de dicha empresa, que presuntamente realiza el estudio para proceder al anclaje de las rocas.
Hilda también se acostumbró ya a ver las enormes piedras suspendidas sobre su vivienda; diariamente baja los escalones adaptados en la pendiente, para llevar a sus hijas a la escuela.
Lleva 17 años en la zona y hasta ahora, dice, sólo han caído a su casa las piedras que traviesos arrojan desde lo alto de la zona arqueológica.