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Las autoridades capitalinas reconocen que la delegación de Santa Rosa Jáuregui se ha convertido, en los últimos años, en zona de clandestinaje de bebidas embriagantes. El director de Inspección Municipal de Querétaro, Fernando Goyeneche, aseguró que esta “situación” ya es atendida mediante operativos “constantes” por parte de la dependencia que encabeza.
En dichos operativos, destacó el funcionario municipal en entrevista para EL UNIVERSAL Querétaro, se procede a ubicar el lugar exacto en donde se realizaba la actividad ilícita, con la intención de mantener posteriormente un “constante monitoreo”, por parte de agentes de la Secretaría de Seguridad Pública, y con ello bloquear cualquier posibilidad de reapertura de actividades.
Según el reglamento municipal de Querétaro, las sanciones para los establecimientos que se dedican a la venta de bebidas embriagantes sin licencia vigente es la revocación del permiso municipal, para el giro que esté dado de alta el establecimiento, así como la aplicación de una multa administrativa que puede llegar a los 24 mil pesos. Las personas implicadas podrían ser sancionadas con dos a cuatro años de prisión, debido a que la venta clandestina está tipificada como delito.
Precisamente por este tipo de actividades ilícitas, durante el primer semestre del 2014 estuvieron en averiguación previa al menos 10 personas, la cuales fueron detenidas luego de ser reportadas por sus propios vecinos de la zona o descubiertas en los operativos.
Durante 2013 en los municipios de Querétaro, San Juan del Río, Corregidora y Pedro Escobedo, fueron clausurados alrededor de 50 establecimientos comerciales por la venta ilegal de bebidas embriagantes, así como otros nueve inmuebles, en donde además se ejercía la prostitución, estableció el subsecretario de Gobierno Alfonso Campos.
En 2014 se sumaron a la lista los municipios de Amealco de Bonfil y Huimilpan respectivamente, los cuales junto con los otros cuatro municipios son considerados por las autoridades locales como los “seis focos rojos” del clandestinaje de bebidas en la entidad.
La mayoría de las clausuras, precisó Alfonso Campos, se trata de domicilios particulares habilitados como misceláneas, los cuales a pesar de no tener la licencia respectiva para la venta de bebidas alcohólicas, realizan la compra-venta, inclusive en horarios que están fuera de los reglamentos municipales. La venta de bebidas embriagantes en casas habitación, sin razón social alguna, al igual es una actividad que se ha vuelto frecuente en estos lugares.
‘Afters’
Las fiestas organizadas por jóvenes en inmuebles privados, como bares, discotecas o inclusive domicilios particulares, así como en terrenos deshabitados, conocidos como “afters”, también son consideradas por las autoridades, como expendedoras de bebidas alcohólicas fuera de la normatividad.