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Previamente al Congreso Anual de la Sociedad Nuclear Mexicana y la Sociedad Mexicana de Seguridad Radiológica, a realizarse del 30 de junio al 3 de julio del presente año en el estado de Querétaro, Guillermina Ferro Flores, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), compartió a EL UNIVERSAL Querétaro los desarrollos nacionales de las aplicaciones de la energía nuclear a la medicina, mismos que, afirmó, salvan vidas en México.
“Un radiofármaco es toda sustancia que contiene átomos radiactivos dentro de su estructura y que, por su forma farmacéutica, cantidad y calidad de radiación, puede ser administrado en los seres humanos con fines diagnósticos o terapéuticos. La medicina nuclear diagnóstica se basa en el uso de los radiofármacos que se dirigen selectivamente a un tejido de interés o que se incorpora a un proceso metabólico o fisiológico del organismo”, explicó la experta.
Agregó que “dado que el radionúclido es un emisor de radiación, se pueden obtener externamente por medio de sistemas de detección imágenes moleculares en vivo del funcionamiento de los diversos tejidos, órganos o sistemas, las cuales se procesan en sistemas de cómputo, que se conocen como gammagrafías. Estas imágenes pueden ser analizadas y correlacionadas con experiencias clínicas”, informó Guillermina Ferro.
Resaltó que lo más importante de los radiofármacos para diagnóstico es que pueden obtenerse estudios dinámicos, lo que no puede lograrse con el ultrasonido o la tomografía convencional, y que las imágenes obtenidas por procedimientos nucleares a menudo identifican anormalidades en etapas muy tempranas en la progresión de una enfermedad.
“Para muchos problemas médicos, esta detección permite que la enfermedad sea tratada en una etapa temprana, reduciendo el costo del tratamiento. En México existen alrededor de 110 centros de medicina nuclear”, dijo.
Las imágenes moleculares son un componente clave del siglo XXI en el manejo del cáncer y otras enfermedades. La Planta de Producción de Radiofármacos del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares es la única instalación en el país dedicada a la investigación, producción y distribución de radiofármacos para el sector salud a nivel nacional. Dentro de los desarrollos más recientes (generadores de conocimiento y de tecnología propia), “podemos mencionar radiofármacos de blancos moleculares específicos para la detección temprana de cáncer de mama, páncreas, pulmón y gliobastomas. Un ejemplo de una aplicación no oncológica que ameritó el desarrollo de un radiofármaco es la detección por imagen de procesos infecciosos. Para un paciente diabético realizarle una biopsia para confirmar un proceso infeccioso puede ser de muy alto riesgo. Para un paciente con cáncer un radiofármaco específico que diferencie una metástasis (invasión de células de cáncer a otros órganos) de una infección por imagen puede resultar muy oportuno en la decisión del tratamiento a seguir”, añadió Ferro Flores.
Finalmente, explicó que los radiofármacos para imágenes moleculares por técnicas de medicina nuclear “son una evidencia más de que la energía nuclear está en favor de la vida”.