Se especializan elementos de la Cruz Roja Mexicana Delegación Querétaro en atender emergencias traumatológicas y cardio-respiratorias, es decir las relacionadas a heridas por arma blanca o de arma de fuego, por accidentes automovilísticos, golpes contra el volante o riñas.

En un curso impartido por Erick Lamberto Garza, responsable de Evaluación y Tratamiento del Trauma Avanzado en Monterrey aprendieron a resolver problemas de shock por derrame de líquidos así como por dificultades respiratorias.

“El objetivo del curso es minimizar los tiempos de atención a pacientes críticos, en donde ellos van a poder resolver situaciones de shock hablando de pérdida de líquidos, de problemas respiratorios, van a aprender algunos métodos avanzados, como lo estamos comentando ahorita que ya son funciones a nivel torácico, funciones más avanzadas, que eso beneficia al paciente, aumentamos la probabilidad de vida en el mismo paciente”, precisó el instructor regiomontano.

Por su parte, Lamberto Garza, habló de la importancia de que el paramédico atienda y detecte la emergencia en tan sólo unos segundos, ya que esa podría ser la diferencia entre la vida y la muerte.

“Es un riesgo potencial de pérdida de vida, sí no se atiende al momento el paciente empieza a tener problemas cardio-respiratorios, sí el paramédico en este caso no los identifica en este caso el paciente lleva como consecuencias el caer en un paro cardiaco y bueno iniciar un RCP y eso puede hacer más larga la recuperación del paciente, inclusive hasta ya no recuperarlo“, subrayó.

El responsable de Evaluación y Tratamiento del Trauma Avanzado de la Cruz Roja Mexicana dijo que algunos de los síntomas más comunes para saber que la contingencia es de carácter cadio-respiratorio es el cambio de coloración en el paciente, la dificultad para respirar, la angustia y problemas de circulación.

“Cuando hay problemas respiratorios se presenta la coloración del paciente, la dificultad de la respiración es muy notaria, una angustia que se le ve con sed de oxígeno como los peces cuando están fuera del agua, cuando el paciente empieza a tener problemas de circulación, se ve como sí estuviera rociado de agua, es un signo de alarma y de shock y sí el paramédico no los detecta en los primeros 2 o 3 segundos de atención puede perder la vida”, mencionó Lamberto Garza.

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