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María Martínez estaba en una reunión familiar un sábado de febrero cuando una llamada telefónica alertó a su hijo sobre anomalías en el estacionamiento del salón de fiestas; cuando ella se acercó a su coche, se percató de que había sido víctima de un “cristalazo”.
“Fue muy rápido (…) después del cristalazo se llevaron cartera, obviamente dinero, una cámara de fotos, un teléfono y varias cositas sin tanto valor, hasta tiempo les dio de llevarse la bolsa de juguetes de la niña de mi hija”.
La denuncia que presentó su hija, tras pasar tres horas en el Ministerio Público y recibir un interrogatorio y trato que la hicieron sentir más como delincuente que como víctima, la llevaron a reflexionar sobre la cantidad de delitos que pudieran quedar impu
nes, es decir sin castigo, por la ineficiencia de las autoridades.
“Cuando nos dimos cuenta, que además acababa de pasar porque íbamos llegando a la fiesta, hablamos a la patrulla, tardaron más de media hora en llegar, ni siquiera daban con la dirección y nada más llegaron y dijeron ‘esto no nos compete’ y se fueron”.
La señora Martínez refiere que si antes no confiaba en las autoridades con este hecho le dieron la razón final para evitar contacto alguno con ellos, “aquí uno tiene que rascarse con sus propias uñas”.
Aunque como víctimas hicieron la denuncia correspondiente, en un próximo evento ya no acudirían al MP pues los agentes hacen insinuaciones como “ustedes tienen la culpa por andar de noche en esos lugares”, expresaron.
Hoy se conmemora el día mundial contra la impunidad, y de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2013 (ENVIPE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2012 solo se denunció 12.2% de los delitos cometidos en el país.
De esos delitos denunciados, 64.7% llevó a inicio de averiguación previa ante el Ministerio Público y de total (12.2%) solo 7.9% derivaron en una real investigación por parte de las autoridades.
La encuesta también revela, en uno de sus cuestionamientos, las razones por las que la gente no denuncia, destacando que 61.9% considera el trámite como una pérdida de tiempo, lo cual se suma a la desconfianza a la autoridad.
Del total de las denuncias realizadas por víctimas ante el Ministerio Público, en 53.2% de los casos no pasó nada o no se resolvió.
La ENVIPE estima a nivel nacional que 57.8% de la población de 18 años y más considera la inseguridad y delincuencia como el problema más importante que aqueja hoy en día a su entidad federativa, seguido del desempleo con 46.5%, y la pobreza con 33.7%.
De acuerdo con expertos, los altos niveles de impunidad, con autoridades que no resuelven o no les interesan los problemas de los ciudadanos es lo que ha derivado en esa desconfianza y por tanto el porcentaje de delitos no resueltos y por ende castigados, sigue en aumento.
En 2011 fue el primer año que se conmemoró el día internacional contra la impunidad, el cual nació a propuesta de una serie de organizaciones sociales quienes luchan porque la justicia prevalezca en todo el mundo.