Danzas prehispánicas y religiosas se conjuntan por las calles de San Juan del Río para mantener vivas las tradiciones, pero sobre todo, recordar los orígenes de los pobladores,   descendientes de indígenas que no escaparon a la conquista española.

Más de 300 personas, adultos, mujeres y niños participan en las danzas, usanza que se  hereda de  generación en generación y que se ha enriquecido gracias al apoyo de personas de otras entidades, que cada año acuden a los festejos de la fundación de  San Juan  del Río. A cambio, los  sanjuanenses les acompañan en los festejos de sus pueblos.

Con la participación de habitantes del Barrio La Cruz, San Pedro Ahuacatlán, Visthá  y el apoyo de otras entidades, se han conformado siete grupos de danzas prehispánicas y de moros y  cristianos.

El comienzo de  este  sincretismo cultural radica en  el Barrio de la Cruz, donde  habitaron los  primeros pobladores del municipio.

La música de violín, tambor y el aroma a copal e incienso invaden las calles de  San Juan del Río,

Los danzantes son acompañados de los  tradicionales shitaces -personajes ataviados de máscaras, anteriormente pañuelos para cubrir sus  rostros- encargados de ordenar las filas de danzantes y también de aportar un poco de humor a las tradiciones del municipio.

Comienzan su andar en el Barrio de La Cruz hacia el centro de la ciudad, para llegar al jardín Independencia donde ofrecen sus danzas a San Juan Bautista.

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