El trabajo sexual se expandió en el estado por la falta de mano dura, hasta que llegaron a presentarse situaciones de trata de personas y prostitución afuera de las áreas permitidas, advirtió la dirigente de la organización Mujer Libertad, Mónica Mendoza, quien aplaudió la intervención de gobierno municipal en la Alameda Hidalgo.

Desde hace por lo menos dos años, la organización denunció que en este sitio se ejercía la trata de personas y se prostituía a niñas; además identificó la presencia de padrotes y otros factores que convirtieron el lugar en un punto “de explotación sexual [que] se les había salido de control”.

Según datos de Mujer Libertad, más de 10 mil mujeres ejercen esta actividad, originarias de diversos puntos del estado y la mayoría provenientes de otras entidades, incluso de sitios muy alejados; la cifra de quienes se dedican a este trabajo es mayor si se contabiliza a las mujeres trans.

Mientras algunas trabajadoras sexuales impulsan una organización bien definida y al menos 600 cuentan con seguro social, gracias a un convenio que el IMSS y el gobierno estatal firmaron hace seis años, otras viven situaciones de explotación que se denuncian en diversos foros.

Querétaro es el único estado del país con una legislación sobre el trabajo sexual con zonas de tolerancia, pero en los últimos años se establecieron puntos no permitidas y casas de cita que promovían situaciones irregulares o peligrosas, entre ellas la Alameda y San Francisquito, hay testimonios de que quienes trabajan en ese sitio lo hacían incluso con bebés en brazos.

“Hacía mucho tiempo que veníamos denunciando la situación en la Alameda, quienes nos dedicamos al trabajo sexual estamos en mesas de trabajo con la autoridad, qué bueno que el presidente municipal le entró con todo a esa situación que habíamos denunciado y como no se actuaba éramos, de cierta forma, cómplices de lo que sucedía en la Alameda”, dijo Mónica.

En las zonas que permiten el trabajo sexual, definidas hace más de 20 años, Río Ayutla y Cuauhtémoc, se impide la presencia de menores de 18 años, pero en la Alameda había testigos de mujeres con niños o adultas mayores.

Tan solo el año pasado se denunció que en la Alameda “había una persona que estaba cobrando derecho de piso, que les había prometido que por una cooperación tendrían despensas y cosas que, como organización de muchos años, no tenemos por qué cobrarles. Era un lugar ya de explotación sexual, se les había salido de control”.

Según los testimonios, las mujeres acudían con sus hijos a realizar un trabajo de riesgo y entraban a cuartos de la colonia San Francisquito.

Mónica Mendoza denunció que en ese mismo lugar “habíamos visto muchísimas niñas”, porque entre el día y la noche se llegaban a contabilizar a más de 150 “chiquillas que se prostituían” y la cifra iba en aumento, lo que las ponía en un riesgo mayor.

“Habíamos detectado muchísimas anomalías, hasta policías que llegaban y paraban muchachas, ahora podemos decir cuáles son los puntos de trabajo, quienes están en la Alameda saben que no es un lugar para trabajar. No vamos a permitir que alguien llegue a agredir, a robar, queremos respeto y debemos dar respeto”, insistió.

La organización Mujer Libertad defiende la seguridad en el trabajo sexual, con el objetivo de disminuir el riesgo al que se enfrentan quienes desarrollan esta actividad.

En todo el estado hay un registro de alrededor de 6 mil 500 mujeres que se dedican al trabajo sexual, pero la cifra supera las 10 mil féminas, por aquellas que llegan el fin de semana provenientes de Puebla, Tlaxcala, Puebla y hasta sitios más alejados como Oaxaca.

“Por la falta de una mano dura de la autoridad, el trabajo sexual se expandió por toda la ciudad. Si vas a las delegaciones como Félix Osores, Epigmenio González, Lomas de Casa Blanca, hay trabajadoras sexuales, casas de citas en las que se les ofrece seguridad, pero al cliente le cobran mil pesos y a la mujer que trabajó les pagan 200”, agregó la dirigente de la organización Mujer Libertad.

Conforme a su propia experiencia, Mónica Mendoza expresó que “esto tenía que acabarse” y, por eso, en su opinión debe felicitarse la intervención de la autoridad municipal en estos temas, tanto en la Alameda como en las acciones que se requieren para poner orden en las llamadas casas de citas.

“Hay trabajadoras sexuales que acuden a las casas de citas, lugares clandestinos, donde cobran mil pesos y ellas vienen ganando 200 pesos, eso es un delito, ¿por qué tiene que ganar más el de la casa que yo que alquilo mi cuerpo? Eso no es seguridad, eso es trata de personas y es un delito”, cuestionó la titular de Mujer Libertad.

Ante el operativo en la Alameda Hidalgo, agregó que todavía falta mucho por hacer para disminuir la discriminación y darle más seguridad a las trabajadoras sexuales que se encuentran en la entidad.

Parte de esas acciones que aún faltan por implementar, concluyó Mónica Mendoza, empiezan por demostrar que “el trabajo sexual también es trabajo” y no sexoservicio como se le denomina muchas veces.

También señaló que se debe diferenciar de la prostitución y la trata de personas, donde las mujeres se vuelven víctimas en lugar de encontrar una fuente de ingreso para sus familias en esta actividad.

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