Miguel Gutiérrez López tiene una semana residiendo en la capital queretana en donde se emplea como cocinero en Los pastes de Pachuca, Hidalgo, Betuz.
“Yo me vine a Querétaro porque necesitaba el trabajo, no tuve otra opción más que venirme para acá”, indicó
Aunque el tiempo que ha estado en la entidad es poco, tiene la sensación de que la gente es más amable que en su natal Pachuca, pues a una semana de su arribo al estado ya ha conseguido algunas buenas amistades.
Gutiérrez López señaló que a pesar de no ser un platillo originario del Bajío los pastes se venden bien en la Querétaro, pues en el negocio que atiende, ubicado en avenida Hidalgo, se comercian 150 piezas al día y su costo es de 15 pesos.
Expresó que la razón de tener una buena venta es el buen gusto de los queretanos por la sazón de la comida de Hidalgo.
Este platillo llegó a Querétaro gracias a que en el siglo XIX fue introducido en el estado de Hidalgo por los empleados de minas de la empresa inglesa Cornwall.
Esta especie de panes rellenos eran la comida de los mineros, ya que por su forma de hornearse cuando eran ingeridos en el almuerzo aún se encontraba la comida caliente, en ese entonces eran de papa y carne.
El local donde trabaja Miguel es propiedad de Ernesto Arteaga López, también oriundo de Pachuca, quien reside en Querétaro desde hace cinco años y tiene tres negocios de pastes.
Miguel comenzó a trabajar desde los 13 años, su último trabajo antes de dedicarse a la elaboración de pastes, era hacer pizzas, lo que lo ayudó a aprender rápido el proceso de preparación del platillo típico hidalguense.
“Yo aprendí viendo cómo se hacen y la práctica la va dando el tiempo. A mí se me hizo fácil porque yo ya trabajaba en Pachuca en una pizzería, y pues el procedimiento de preparar la masa pues no es muy diferente”, dijo.
Dijo que las principales diferencias entre la capital hidalguense y la queretana, subrayó, gira en torno a la amabilidad de las personas y que uno de los cambios más difíciles fue el clima, pues en hidalgo las temperaturas son más bajas.
La capital hidalguense es conocida como La Bella Airosa debido a que los vientos en esta zona del país ubicada a 2 mil 400 metros de altura sobre el nivel del mar llegan a soplar hasta 75 kilómetros por hora.
Ante esto Miguel Gutiérrez dijo en la semana que lleva residiendo en el estado Queretano aún no se acostumbra al cambio de clima de gélido a caluroso.