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En el Centro de Readaptación Social (Cereso) de San José El Alto, el obispo de la Diócesis de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez, ofició la homilía del Jueves Santo ante los internos, al tiempo que lavó los pies a 12 reos, simulando la escena que protagonizó Jesús durante la Última Cena.
Durante la misa, la grey de la Iglesia queretana resaltó ante los internos el sacramento de la eucaristía, el cual, dijo, es el símbolo principal durante el Jueves Santo, y que se encuentra dentro del resto de los sacramentos: bautismo, confirmación, reconciliación, eucaristía, matrimonio, sacerdocio y unción de los enfermos.
“Eso fue instituido por Cristo, él quiso que estos signos de su amor se administraran siempre en la Iglesia universal y es lo que ha hecho la Iglesia a lo largo de los siglos, y en el centro de los siete sacramentos está el de la sagrada eucaristía, hoy celebramos en la liturgia de la cena del señor, como Jesús con sus discípulos se sienta para comer la última cena”, destacó el obispo.
Recordó que durante la Última Cena, Jesús dio de tomar y comer a sus discípulos, diciéndoles que se alimentaran y se fortalecieran de su cuerpo, por lo cual, destacó la importancia de que los seres humanos se alimentan de Dios todos los días, y no sentir que son indignos de Jesús.
Faustino Armendáriz dijo a los reos que no se deben sentir los “peores seres de la sociedad”, ya que existen figuras fuera de los centros penitenciarios, que cometen más errores y siguen fuera.
“El Señor no se cansa de perdonar, por eso siempre está dispuesto a escucharnos en confesión, ustedes que están internos no se sienta los peores de la sociedad; afuera hay otros, que no nos hemos equivocado en algo que poder tener consecuencias para estar aquí, con apariencia de grandes personajes”, aseguró.
Los invitó a tomar cada día de la vida como una oportunidad para dejar las apariencias y dejar que Dios ilumine su corazón, al tiempo que los exhortó a ser humildes con el prójimo, como Jesús lo hizo cuando lavó los pies a sus discípulos.
Señaló que el lavatorio de pies, unido a la eucaristía tiene el compromiso de servir, por ello, invitó a los reclusos a dejarse ayudar por Dios y escuchar a Jesús antes de tomar cualquier decisión, al tener malos pensamiento o malos proyectos.