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El obispo de la diócesis queretana, Faustino Armendáriz Jiménez, celebró la misa de 13 señoritas y un joven con enfermedades de leucemia y cáncer, derivado de padecimientos por insuficiencia renal.
Dichos jóvenes pudieron realizar su festejo gracias al apoyo del hospital del Niño y la Mujer, donde llevan su tratamiento y de las aproximadamente 21 organizaciones civiles que trabajan en favor de personas con dicha afección.
Familiares y amigos de estos jóvenes estuvieron presentes en la celebración religiosa que tuvo lugar en el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe, en Hércules.
Posteriormente, todos los festejados fueron trasladados en limosina hacia el salón en el que se realizó la fiesta para que los quinceañeros compartieran el alegre momento con sus seres queridos.
Por su parte, el director del hospital del Niño y la Mujer, institución en la que se encuentran estos jóvenes llevando su tratamiento, Hugo Medina Loyola, aplaudió su fortaleza y agradeció a las instituciones que trabajan de la mano con dicha institución médica.
Destacó que fue gracias a ellos que se puedo realizar esta celebración, además explicó que la enfermedad que estos jóvenes padecen es leucemia. “Es un tipo de cáncer en la que los glóbulos blancos dejan de hacer su función y cualquier infección mínima puede ser muy peligrosa”, refirió.
Actualmente, se encuentran en tratamiento por dicho padecimiento alrededor de 280 niños y jóvenes en el hospital del Niño y la Mujer, señaló el director de dicho instituto. De este número, hay pacientes que se encuentran entre cero y 18 años de edad.
Medina Loyola mencionó que gracias a que se tienen buenos especialistas, equipo adecuado y el apoyo de las autoridades es que se les puede garantizar una mejor calidad de vida.
En el evento, una de las homenajeadas fue Paola Trejo Arroyo, una señorita que desde hace un año tiene leucemia, quien se mostró conmovida por el festejo. La joven aseguró que dicha celebración fue una sorpresa, ya que solamente le comentaron en días previos a que se realizara el evento, “sólo me avisaron de repente”, expresó.
Respecto a la participación de la Iglesia, como institución, el obispo señaló que es importante para estos jóvenes ya que se les brinda un apoyo en “el mundo del dolor”, además de que quienes comparten con ellos se contagian de la fortaleza que tienen ellos tienen.
“Uno se fortalece porque mira a estas niñas valientes que a pesar del dolor están aquí presentes y sonriendo y eso también le anima a uno como ser humano”, mencionó Armendáriz Jiménez.
El obispo reiteró su compromiso tanto con los jóvenes que celebraron su cumpleaños, como con todas las personas que padecen algún tipo de enfermedad y mencionó que así como estuvo presente en el festejo, también tendrá un contacto permanente con todas las personas que padezcan este tipo de mal, a fin de llevarles esperanza y apoyo.