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Con un saludo a los cuatro vientos y una guardia en honor a Santiago Apóstol comenzó el día de aniversario de Santiago de Querétaro. Hace 485 años, en 1531, el pueblo indígena se sometió a la conquista española dando paso a una nueva cultura.
La ceremonia oficial estuvo presidida por Marcos Aguilar Vega, presidente municipal de Querétaro; al pie del monumento del apóstol Santiago de Matamoros se colocó una ofrenda floral, además el grupo de concheros Altos y Bajío entregó el bastón de mando tradicional al alcalde.
Tras la guardia, concheros ataviados con penachos y vestidos bordados a mano saludaron a los cuatro vientos; música de tambores y de viento acompañaron el saludo con incienso, luego entregaron el bastón de mando tradicional como símbolo del mando conferido al alcalde y del hermanamiento con los pueblos tradicionales.
“En esta loma del Sangremal se continúa con la tradición de los concheros que empezó con la colonización de esta entidad; se hace la entrega del bastón de mando tradicional de la autoridad que confiere al presidente municipal la comunidad de concheros en esta ocasión”, anunciaron los concheros durante la ceremonia de saludo.
Fue el 25 julio de 1531 cuando tuvo lugar en el Cerro de Sangremal “la cruenta batalla mediante la cual se afianzó en este territorio el proceso de conquista española que venía entonces propagándose en los pueblos mesoamericanos”.
La fundación de la llamada “muy noble y leal ciudad Santiago de Querétaro”, dijo Rafael Fernández de Cevallos y Castañeda, se logró cuando se asomaba el alba, en la batalla estaban los pobladores originarios que pretendían defender su libertad y el Ejército español que, en alianza con grupos de indígenas otomíes y tarascos, buscaban implementar su fe, cultura y forma de vida en este nuevo mundo.
“De acuerdo con el mito fundacional matizado por claros tintes de la fe cristiana, se escribió en algunas crónicas que en aquel día durante la cruenta lucha y el doloroso derramamiento de sangre apareció como una señal la imagen del Apóstol Santiago de Matamoros en el cielo acompañado de una cruz”.
“A decir de aquellas antiguas crónicas al ver los guerreros la divina imagen cesaron la batalla y los indígenas dócilmente se sometieron al dominio español para luego arrimarse al seno de la fe cristiana y abrazar así una nueva cosmovisión y forma de vida”.
Gracias a ese hecho —afirmó— y a siglos de historias, tradición, transiciones políticas y sociales, Querétaro representa la fusión de una cultura tradicional y moderna.
El encuentro de dos culturas y mundos diferentes, prosiguió, permitió el nacimiento del lenguaje híbrido del español que da identidad a los mexicanos y que los diferencia del resto de los pueblos de habla hispana.
“Ejemplo de ello es la riqueza gastronómica de nuestra región con productos como el maíz, el chocolate, el xoconostle, el piloncillo en dulce de leche, entre otros elementos que forman parte de ese abanico gastronómico, de la exquisita mezcla de ingredientes traídos de Europa”.
La arquitectura colonial es otra consecuencia de la colonización, construidos por indígenas con proyectos encabezados en los periodos virreinales y que llevaron a la ciudad a convertirse en patrimonio cultural de la humanidad y una de las localidades más visitadas del país.