Las modificaciones que hacen los residentes de inmuebles históricos que se ubican en el perímetro A de monumentos históricos no hacen la notificación correspondiente al Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), situación que se da a menudo, informó el delegado de esa dependencia en Querétaro, Manuel Naredo Naredo.
Señaló que en los barrios de la capital queretana se dan de manera frecuente este tipo de modificaciones sin que se les notifique a la autoridad, pues la gente inicia obras porque desconoce en muchos casos que tiene que hacer una solicitud al instituto y en otros casos, pese a que necesitan una autorización, presuponen que esto les llevará tiempo y una serie de requisitos que no están dispuestos a tramitar.
Ante ello, “procuran hacer las modificaciones clandestinamente, por la noche, los fines de semana, con discreción, y van haciendo la obra. Lo que a nosotros nos ayuda mucho es la denuncia ciudadana, que cada vez es mayor, cuando la gente ve actos de esta naturaleza no los denuncia y nosotros intervenimos, suspendemos la obra”, explicó.
Agregó que muchas veces son obras que se pueden llevar a cabo, pues no afecten de manera sustancial al inmueble histórico y se pueden autorizar, pues son de adecuación necesaria para el inmueble, aunque en otras si hacen modificaciones que dañan el partido original, o la autenticidad que le llaman los arquitectos a este tipo de edificios y se niegan las autorizaciones.
“A diferencia de lo que la gente piensa, el INAH es una instancia que busca siempre la mejor solución a este tipo de problemas, entonces cuando se inicia una obra sin nuestra autorización, nosotros empezamos un procedimiento administrativo que inicia con la suspensión y la audiencia, en la cual el interesado esgrime sus argumentos respecto a la obra, y si la obra está en posibilidad de ser regularizada, porque no afecta sustancialmente al inmueble, le damos la licencia correspondiente”, precisó.
En caso de no ser así, se le hacen las sugerencias para el cambio correspondiente, siendo frecuente que la gente acepte este tipo de recomendaciones del INAH y se da por concluido el procedimiento.
“Cuando el asunto es más grave o el particular se niega a recibir este tipo de sugerencias y pretende hacer algo que contraviene la autenticidad del monumento o el inmueble, entonces llegamos a consecuencias más grandes, que pueden ser en un momento dado una multa, que ya nos lo permite la ley desde hace unos meses para acá, o bien en casos más graves presentar una denuncia penal ante el Ministerio Público federal”, abundó.
Añadió que hasta el momento no se han establecido los montos de las multas para quienes realicen este tipo de prácticas, porque la modificación a la ley ha sido reciente, y como no tenían antes esa posibilidad se están adaptando al proceso.