Desde las ocho de la mañana el personal del municipio de Querétaro comienza a laborar en el programa Querétaro Sin Baches, que emprendieron las autoridades capitalinas.
El Centro Histórico es una de las zonas que recibe este mantenimiento por parte del personal municipal, específicamente, en la calle Independencia hay cinco trabajadores, quienes a la fecha realizan cuatro trabajos de bacheo en la céntrica arteria.
Francisco Sánchez Maldonado es uno de los trabajadores, el joven de 26 años, relató que su trabajo inicia cuando remueven la zona afectada con baches, para ello se auxilian de picos o palas que les permiten deshacerse del material.
Posteriormente, el trabajo consiste en colocar piezas nuevas de cantera o adoquín, los materiales que utilizan para trabajar en la zona centro, tales piezas son selladas con cemento.
“Hay que quebrar todo lo que está afectado, sacar el material inservible y poner el nuevo. Trabajamos con puro cemento, adoquín y cantera”, explicó Sánchez Maldonado.
Los trabajadores de este tramo prevén renovar un trecho de 300 metros, diámetro al que ya han invertido dos semanas de trabajo “ya llevamos dos semana completas, con esta son tres. Tenemos de tiempo límite hasta el 20 de abril”.
Sánchez Maldonado relató que su trabajo incluye lidiar con algunos automovilistas o transeúntes que no respetan sus labores y se ponen groseros. Por parte de los choferes, los trabajadores de obras suelen presenciar infortunados encuentros puesto que reciben desde insultos hasta reclamos, “a veces nos gritan insultos o dicen que ya nos tardamos, en ocasiones hasta se estampan con la señalética y a cada rato nos dicen groserías”.
En cuanto a los transeúntes, algunos pasan por encima de las piezas recién ensambladas, “hay gente que sí agarra la onda pero no falta el que pasa y nos grita que nos tardamos mucho. Luego pasan por arriba de las piezas y nos las descomponen”.
Pese a los desafortunados encuentros que los trabajadores tienen con automovilistas y caminantes, Francisco aseguró que gusta de hacer su trabajo, aun cuando, además, no tiene una hora fija para terminar sus labores. “No hay hora, a veces nos hemos amanecido trabajando, pero me gusta mucho mi trabajo”.
A lo anterior se suma una ardua jornada de trabajo, exposición al sol y a los cambios de temperatura, por lo que expresó “de que está pesado está pesado, se pone caliente cuando hace mucho sol, pero de que me gusta mi trabajo me gusta, por eso estoy aquí”.