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Sin prestaciones, sin estar regulados ante la ley y sometidos a la voluntad de los patrones, alrededor de 100 hombres acuden cotidianamente en las inmediaciones de la Terminal de Autobuses de Querétaro (TAQ) a ofrecer sus servicios en diferentes oficios, desde albañilería hasta plomería, jardinería y agricultura.
Estas personas no cuentan con un trabajo fijo, aquellos que logran encontrarlo se colocan en alguna fábrica, en donde aseguran son sueldos mal pagados que van de los 700 a los 900 pesos a la semana, situación que los obliga a buscar otras alternativas para obtener mejores ingresos económicos.
Son cerca de 10 horas las que permanecen en espera de un posible ofrecimiento de trabajo temporal. Desde las 7 de la mañana y hasta pasadas las 4 de la tarde, estos hombres se encuentran en la Terminal de Autobuses con la esperanza de obtener un trabajo, aunque a veces no se les retribuya la paga por la labor que hicieron durante el día o la semana.
“Muchas veces por eso no nos movemos de aquí, exigimos el pago diario y que sea seguro, de nada sirve que nos esforcemos toda la semana para que no te paguen, bajo pretextos o porque desaparece el patrón”, acotó Jacinto Analco Galtica, uno de ellos.
Resaltaron la necesidad y la importancia de que el gobierno ponga interés en los sectores menos favorecidos.
Indicaron que es necesaria una regulación hacia los empresarios y contratistas que se acercan a esta zona de la Terminal de Autobuses para buscar mano de obra barata, pero sin ofrecer ninguna prestación de ley y seguridad a los trabajadores.
“Nosotros trabajamos de todo lo que nos caiga: albañilería, de descarga, pintura, plomería y hasta en el campo, sin embargo, es justo que nos paguen un sueldo decente para darle sustento a nuestras familias”, acotó.
Son principalmente contratistas y compañías constructoras las que se acercan a este lugar en busca del servicio de estos hombres, a quienes les ofrecen sueldos muy bajos .
“El gobierno debe exigir a todas las constructoras, empresarios, que cumplan con los requisitos que deben de cumplir, como el seguro al trabajador, que no lo dan, estamos en una esclavitud moderna y el mismo gobierno no está haciendo nada para arreglarlo y podemos durar hasta seis meses en una construcción, sin recibir nada de prestaciones, ni siquiera aguinaldo”, refirió Jacinto Analco.
Cuando les va bien y agarran un buen trabajo, pueden durar de dos a tres días laborando, depende también del contratista y lo que harán.
Los demás días de la semana estos hombres tienen que regresar a enlistarse en la Terminal de Autobuses de Querétaro para esperar que algún nuevo contratista les dé trabajo por otros días más y así completar su semana.
Los salarios, dicen estos trabajadores, van de 200 a 300 pesos al día, o bien mil 100 pesos por semana.
“Aquí en Querétaro todo es muy caro, desde el pasaje, y eso no lo ven, entonces el sueldo libre que nos queda viene siendo de 700 a 800 pesos, y eso no es justo, y es lo que debe de ver el gobierno y los patrones. Quienes nos dedicamos a esto merecemos una paga justa por lo que hacemos”, destacó Fernando González, otro queretano en busca de trabajo.
De manera histórica la Terminal de Autobuses de Querétaro ha sido un punto de reunión para las personas que ofrecen servicios en diferentes oficios, ya que existen hombres que tiene hasta 15 años asistiendo a este lugar en busca de un trabajo.
La mayoría de las personas que acude todos los días para ser contratados proviene de la zona metropolitana del estado, principalmente de los municipios de Corregidora, Huimilpan, El Marqués y la capital queretana.
Son muy pocos los trabajadores que vienen de municipios más lejanos, sobre todo por los altos costos de los pasajes para los traslados y porque en caso de no ser contratados de inmediato no tienen un lugar donde quedarse para pasar la noche.
Respecto a las dificultades con las autoridades municipal o estatal por los servicios que ofrecen, los trabajadores indicaron que el gobierno ha sido respetuoso con ellos, sobre todo porque señalan que se colocan afuera de la terminal de autobuses de manera ordenada y sin realizar disturbios o desórdenes.