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Las instalaciones de la fábrica de textiles de Hércules guardan desde hace un par de años un burbujeante ápice de folclor nacional en forma de cebada: la Compañía Cervecera Hércules, misma que opera de manera independiente a la textilera, pero que comparte la magia e historia que se esconden en cada rincón de este inmueble.
Héctor López Maldonado, originario de Coahuila, es el responsable de la producción de esta compañía cervecera. Es ingeniero en electrónica de profesión, pero maestro cervecero por convicción. Trabajó más de 20 años en el mundo de las telecomunicaciones, pero el destino le tenía prepara una sorpresa, la compañía donde trabajaba lo asignó a Gales, un país con una gran tradición cervecera
“Ahí empecé a ver que el mundo de las cervezas era otro, pero no como turista. Los fines de semana me iba a conocer la ciudad donde vivía y me di cuenta que los pubs (bares) hacían su propia cerveza y me fue interesando el tema. Me fui de aprendiz a una planta de pequeña escala, haciendo y vendiendo poquita cerveza en los mismos bares”. Con ese conocimiento, Héctor regresó a México y hacer cerveza, buscó varias opciones, hasta que en Querétaro encontró las condiciones ideales para echar a andar su proyecto
“Cuando buscas un lugar donde montar una planta de producción de cerveza prevalecen varios criterios, uno de ellos es la estabilidad del sitio, la ubicación y la disposición de agua, necesitamos agua en abundancia, pero además de ciertas características. Aquí en estas instalaciones hay un pozo profundo, extraemos agua de ahí y luego la tratamos en una planta propia para dejarla como la necesitamos para usarla en los procesos”, cuenta.
A pesar de estar ubicados en un sitio con un valor histórico importante, Héctor confiesa que no conocían nada sobre la tradición de este lugar. “La verdad no sabíamos la historia, cuando vinimos a ver aquí, vimos que era un lugar que tenía las condiciones técnicas para poner la planta, nos hemos dado cuenta poco a poco de la historia, que es muy antigua. En este predio hay vestigios que fueron construidos en 1531, unos muros que están por ahí. Esto originalmente, hasta donde hemos leído, aquí había unos molinos de trigo”.
Afirma que los vecinos los han recibido muy bien, de hecho, se ofrecen recorridos todos los sábados, tienen un valor de 50 pesos, dura hora y media e incluye una cerveza de degustación.
“Hemos hecho varios eventos para que la gente conozca lo que nosotros hacemos aquí, queremos que la gente del barrio venga y conozca lo que hacemos”. Por otra parte, explica que el crecimiento de la empresa ha sido constante y que su principal compromiso es ofrecer una cerveza fresca y de buena calidad.
“Encontramos que Querétaro es un lugar muy cervecero, muchos piensan que no es así, pero para nosotros ha resultado más fácil vender nuestras cervezas aquí, que fuera de aquí, eso nos hace prever que el negocio va a seguir creciendo”, comentó.
El ingeniero menciona que por el momento solo venden sus productos en Querétaro, San Miguel de Allende y la ciudad de México. Cuentan con nueve tipos de cervezas, cuatro que producen regularmente a lo largo del año, y cinco que producen de manera estacional, “preparamos una cerveza especial para invierno, una para primavera, una para octubre”
Héctor agregó que iniciaron vendiendo 10 barriles de cerveza al mes, en la actualidad esa cantidad se ha multiplicado a 300 barriles mensuales aproximadamente. Con todo el trabajo realizado por los productores de cerveza artesanal en el país, espera que los consumidores mexicanos cambien su manera de beber una cerveza artesanal, que el consumo sea más responsable e informado.
“La cerveza no solo sirve para ver el fútbol, la podemos degustar para comer, para aprender, hay muchas cosas interesantes detrás de la cerveza, la cual ha movido la economía de muchas regiones del mundo. Queremos hacer consumidores más informados, que valoren las características de una cerveza artesanal”, señaló.