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En los últimos 10 años se han perdido más de 40 hectáreas de bosque debido a la tala ilegal que prevalece en tres comunidades de San Juan del Río colindantes con Amealco, habitantes de la zona han interpuesto hasta seis demandas penales sin resultados favorables para frenar esta actividad que atenta con estas áreas protegidas.
Encino, pingüica y madroño son los ejemplares que más abundan en la región y que sustraen personas que ingresan a estas comunidades con camionetas para poder transportar el mayor volumen posible de madera, empleada principalmente para la elaboración de leña o carbón según refieren habitantes de Perales, una de las localidades más afectadas por la tala inmoderada.
Son 422 hectáreas protegidas las que concentran Perales, Barranca de Cocheros, El Rosario y Cuadrilla de En Medio, localidades más alejadas de la cabecera de San Juan del Río.
En su calidad de subdelegado de la comunidad de Perales, J. Dolores Zamora acudió en reiteradas ocasiones a la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Procuraduría federal de Protección al Ambiente (Profepa) para alertar de la amenaza que los talamontes representaron para la zona boscosa; seis procesos interpuso ante las instancias correspondientes con asesoría de autoridades locales y de éstos no resultó freno alguno a la actividad irregular.
De todas las denuncias hechas por los habitantes, se recibía la misma respuesta: se descartaban daños a la zona por tala inmoderada dando carpetazo a los asuntos, refiere Dolores Zamorano.
Ahora que ha dejado de fungir como la autoridad auxiliar, Dolores Zamora se ha limitado a organizar a sus vecinos para formar brigadas de vigilancia en la zona vulnerable a la tala, pero en más de dos ocasiones, detectaron a los responsables del hurto de madera con armas largas, decidiendo cancelar las labores de inspección.
“Somos muy pocos en la comunidad para poder intervenir contra los que se dedican a acabar con nuestro bosque, algunas veces han venido brigadas de Profepa y de otras dependencias, pero no han habido resultados, no hay detenidos y ya ha pasado mucho tiempo desde la última vez que los vimos en esta área”, dijo.
Las comunidades que concentran el mayor porcentaje de zona protegida, colindan con la comunidad de El Aserrín, perteneciente al municipio de Amealco, a pocos kilómetros de las localidades sanjuanenses se localizan dos centros de acopio de madera dedicados a la elaboración de carbón.
Denunciantes de la tala presumen que estos sitios son el destino final de los árboles hurtados.
Quienes han intervenido con mayor frecuencia en el combate a esta actividad, son los elementos de policía de Amealco, quienes en 2015 remitieron a las autoridades correspondientes a una persona detenida previamente por habitantes de Perales al ser sorprendida cargando madera en un vehículo, pero la amenaza a los bosques prevalece
Dolores Zamora advirtió que en poco tiempo se perderán más hectáreas de árboles ya que la tala en esta zona se lleva a cabo continuamente.
Considera que los responsables aprovechan la lejanía de las localidades con la cabecera municipal para hurtar la madera con facilidad.