El problema del tabaquismo se refleja cada vez más en adolescentes de 15 o 16 años, lo que implica consecuencias más graves de salud, señaló la encargada de los Programas Institucionales y Enseñanza de la Clínica de Medicina Familiar del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Juana Noriega.
“Es un problema severo porque lo estamos detectando en niños mucho más pequeños, como en adolescentes de 15 años o 16. Nosotros quisiéramos que esta población acudiera a la clínica de prevención, pero no acuden”, detalló Noriega.
Dijo que los jóvenes con adicción al tabaco son más susceptibles a tener daños irreversibles en su salud porque su sistema no está lo suficientemente maduro para combatir algún daño ocasionado por el cigarro.
“Los daños son irreversibles y son problemas que no se van a notar inmediatamente, son crónicos y poco a poco se empiezan a dar, algunas veces cuando se dan cuenta ya no se puede hacer nada por ellos”, afirmó.
Además, la experta explicó que personal de la clínica da pláticas extramuros en las que han detectado a adultos-jóvenes y mayores con dicho problema, quienes han accedido a formar parte de los tratamientos que brinda el ISSSTE para dejar de fumar.
“Nosotros aquí contamos con una clínica para dejar de fumar, funciona cada ocho días durante tres meses con cada grupo. En ella, el tratamiento que se les da es cognitivo conductual o sea psicológico y médico. Nosotros recibimos apoyo psicológico del Centro Estatal Contra las Adicciones”.
Señaló que el mes pasado terminaron un tratamiento que consta de 10 sesiones, mismas que aumentarán para el próximo taller.
“Son 10 sesiones cognitivas-conductuales y dos médicas. En las dos médicas la doctora les plasma los efectos que les causa el tabaco, las complicaciones y también lo que podemos hacer por ellos”, detalló.
Cada ciclo tiene un cupo de 15 a 20 personas. Sin embargo, para este que acaba de concluir únicamente se inscribieron nueve, de los cuales ocho dejaron de fumar.
“Otro problema que tenemos ahorita es que hay pacientes que no son fumadores activos si no fumadores pasivos, son los que están recibiendo el humo del tabaco, ellos son los que más problemas tienen. Ya cuando nos damos cuenta ya son personas oxígeno-dependientes, nos llevan a los pacientes a una discapacidad, nos llevan a los pacientes a tener que ser cuidados por alguien y eso altera la dinámica familiar, hasta económicamente”, afirmó.
Por tal motivo, la doctora Juana Noriega invitó a los fumadores a que se acerquen a algún tipo de tratamiento ya que no sólo afectan su salud sino la de quienes los rodean.
“El único requisito que les pedimos es que tengan bien definido que van a dejar de fumar”, concluyó.