En el Centro Histórico de la ciudad de Querétaro hay 72 casonas coloniales en deterioro y en riesgo de derrumbe o colapso.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la zona se cuenta con mil 820 inmuebles históricos, de los cuales 72 se están en riesgo, equivalente a 3.91%.
Algunos de los que están dañados se ubican en las calles: Morelos No. 131, Gutiérrez Nájera (en los números 10, 12, 14, 16) y en Primavera esquina con Filomeno Mata; de acuerdo a un recorrido realizado por EL UNIVERSAL DE QUERÉTARO.
Las construcciones presentan diversos deterioros: albergan gatos, basura, maleza; techos derrumbados o paredes carcomidas.
El delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Manuel Naredo Naredo, refiere que el problema es que prácticamente todas estas casonas son propiedad privada, por lo que la dependencia a su cargo no puede intervenir para rescatarlas.
“Es un problema legal y jurídico; prácticamente todas son propiedad privada, y nosotros como instituto tenemos una facultad y una obligación normativa en cuanto a la construcción, a la rehabilitación de los inmuebles, pero no podemos hacer uso de ellos, ni siquiera podemos ingresar a ellos”, explica.
El funcionario federal reveló que el INAH no tiene un plan de rescate formal de estas casonas que se encuentran dentro del perímetro considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Sin embargo, asegura que lo mejor sería que se pudiera edificar vivienda popular dentro de varios de estos inmuebles.
“Sería la mejor solución porque el Centro Histórico de Querétaro requiere de rescatar la vivienda que cada vez es menos y se está utilizando todo este tipo de inmuebles para intenciones comerciales y de otro tipo. Creo que una manera de rescatar y de preservar el centro histórico de la ciudad es volver a darle esa vocación de vivienda que ha ido perdiendo poco a poco”.
Josefina Cabrera, vecina de los inmuebles destruidos en la calle Gutiérrez Nájera, comentó que este lugar fue deshabitado hace aproximadamente 20 años.
En la vivienda con el número 12 había una tiendita con estanquillo, que la atendía la señora Yolanda. En el número 14 era una vecindad, y ahora todas las viviendas de esa vecindad están destruidas. La del número 16 era conocida como la casa del sobrino, la habitaba un señor de nombre Alfredo Muñoz.
A pesar de su deterioro, las viviendas son víctimas del vandalismo, se robaron una reja, y las vallas que puso el INAH como precaución por ser zona de riesgo, las han movido.
El ciudadano Armando Juárez, transeúnte, expresó que es necesario que se restauren los inmuebles, ya que podrían resultar útiles. “Hace falta que gobierno ponga de su parte para poderlas restaurar, porque son espacios mal aprovechados y se podrían utilizar de buena forma”.
Consideró que es riesgoso que las viviendas se encuentren así, porque “se puede caer, puede causar daños, por ejemplo, es una avenida y puede causar que no se pueda transitar bien o dañar un coche a la pasada, porque será sorpresa si se puede caer”, concluyó.