Metrópoli

Promueven consumo del acocil endémico

Realiza diagnóstico de situación de crustáceo en Huimilpan

En Humilpan, solo 65% de la población conoce el alcocil, 9% lo ha consumido; 90% restante que no lo ha consumido no sabía que se podía hacer: estudio. (ESPECIAL)
28/12/2016 |03:30
Redacción Querétaro
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Con el objetivo de incentivar la producción del acocil (Cambarellus Montezumae), una especie de crustáceo endémico de México, Paula Teresa González Mancilla, estudiante de tercer semestre de la maestría en Salud y Producción Animal Sustentable de la Facultad de Ciencias Naturales (FCN) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), realizó un diagnóstico —específicamente en Huimilpan— de la situación actual en que se encuentra el también llamado langosta de río.

Con financiamiento del Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (Foper) 2016, González Mancilla estudió en una unidad experimental ubicada en el campus Amazcala, el efecto de temperatura en el crecimiento y desarrollo y sobrevivencia del acocil, para determinar por un lado, tanto las mejores condiciones para su reproducción en cautiverio; y por otro, el efecto que tiene el cambio climático en la subsistencia de la especie en su hábitat natural.

Desde la época prehispánica, los mexicas y otros grupos indígenas instalados alrededor de la Cuenca de México consumían con abundancia el acocil, como parte de su dieta diaria.

En la actualidad, el diagnóstico realizado por la universitaria arroja que en lo que respecta a Humilpan —uno de los sitios en donde se reproduce de forma natural el acocil— sólo 65% de la población lo conoce, y 9% lo ha consumido; 90% restante que no lo ha consumido es porque no sabía que se consumía y debido a que existe desconfianza respecto a la higiene de bordos y canales, la gente no los captura.

Paula González indicó que la segunda parte de su proyecto de investigación tiene el propósito de estandarizar el cultivo del acocil para el consumo humano, cuestiones ornamentales, alimento vivo o mascota alternativa, así como promoverlos como subproductos de la crianza de mojarra y tilapia, para escalarlos a la parte comercial.

“Lo que se está buscando aparte de la producción es la conservación del ecosistema. Ellos son importantes para la cadena trófica, ellos consumen alimento, limpian los cuerpos de agua y a su vez, son alimento para otras especies como las aves. Si nos quedamos sin este eslabón si puede afectar de una forma u otra el equilibrio ambiental de la zona”, manifestó la universitaria.

“Yo me dedico a la parte de acuacultura y el Cambarellus es un recurso que se encuentra en el área y hay ver que tanto lo estamos valorando y que tanto le podemos sacar provecho a esta especie pero con algo sustentable, para seguirlo conservando y produciendo”, destacó la alumna.

La palabra acocil proviene de la lengua náhuatl, cuya transcripción en carácteres latinos sería “acotzilli” o “acocilli”. Hay varios tipos de estos según la región. Las 17 especies conocidas pertenecientes a este género son endémicas de América, se les encuentra en México y en los Estados Unidos con costa con el Golfo de México.

Estos crustáceos viven en pozas, lagos y lagunas de agua dulce, así como en presas.

“Los machos son bastante agresivos entre si, por eso debemos colocar en el acuario más hembras que machos. Si se mantienen junto con peces son más tímidos y casi no se dejan ver. Incluso en acuarios sin peces los adultos tienden a estar escondidos”.

Los acociles fueron una importante fuente nutricional para los antiguos habitantes de la parte central y sur de México, especialmente fue parte esencial del consumo alimenticio de la cultura Mexica o Azteca, así como de otras naciones que se establecieron en la cuenca de Texcoco.

Los acociles han sido considerados un plato delicioso desde la época precolombina hasta la actualidad.

Es posible conseguir acociles crudos para cocinarse en muchos mercados y tianguis de poblaciones del centro y sur de México. Su sabor es semejante al del camarón y al cocerse enrojece. Y es comercializado tambien para fines acuaristicos.