Diariamente, las personas invidentes y débiles visuales que transitan por la capital se enfrentan a calles inseguras, falta de precaución de los automivilistas y banquetas llenas de baches.
Estas personas utilizan un bastón como extensión de sus sentidos que en muchas ocasiones termina roto por los automovilistas.
Datos proporcionados por la Escuela de Ciegos y Débiles Visuales de Querétaro destacan que por lo menos 10 personas fueron arrolladas durante 2012, mientras que en 2013 aún no se han presentado ninguno de estos accidentes.
“Todos los días tenemos que enfrentar letreros bajos, baquetas con hoyos y personas que no nos quieren ayudar a cruzar las calles o automovilistas que no se frenan cuando intentamos cruzar, eso nos pone en peligro”, explicó Helena Maya Rojas quien nació sin el sentido de la vista y labora como masoterapeuta.
Agregó que “cada día es más difícil caminar sin ayuda de alguien que nos pueda guiar y un perro (lazarillo) es un lujo que no todos podemos tener, porque el entrenamiento del animalito sale muy caro”.
Aprenden a vivir a oscuras
En la Escuela de Ciegos y Débiles Visuales de Querétaro, ubicada en el Barrio de La Cruz, las personas que viven sin el sentido de la vista aprenden diferentes oficios para lograr una independencia económica, así como defenderse de las condiciones de peligro que existen en la ciudad.
Se ofrecen talleres como de mecanografía, cocina y manualidades (juguetería, peluche, tejido de bolsa, macramé, entre otras actividades).
Los interesados también pueden aprender música, solfeo, teclado, cuerdas y percusiones.
Algunos apoyos adicionales de la escuela son la biblioteca en sistema braille y el albergue mixto.
Además de los programas de rehabilitación, se brinda un taller de orientación y movilidad: es la deambulación con el bastón, primeramente conociendo las instalaciones y posteriormente que sean capaces de llegar al domicilio que se les indique.
“Es un poco difícil poder trasladarse. Nos cuesta trabajo porque hay muchos baches, muchas cosas que nos impiden circular. Luego hay carros estacionados en la banqueta. Yo vivo por la colonia Presidentes y ahí dejan todos sus autos encima de las banquetas”, dijo Joaquín Hernández, quien llegó a la escuela tras perder la vista por una enfermedad.
“Yo siento que es más riesgo para mí, hay muchas cosas que nos pueden golpear, pero pues tenemos que aprender a sortearlas”, externó.
El riesgo es inevitable
Las personas ciegas o débiles visuales piden a los desarrolladores inmobiliarios que construyan banquetas sin divisiones y sólo las coloquen en las esquinas para que ellos puedan tener un mejor tránsito. Así mismo, solicitan a las autoridades de Desarrollo Urbano que coloquen las diferentes señales de la ciudad a una altura mínima de 1.90 metros para evitar golpearse en la cabeza.
Los conductores son los menos corteses, aseguran, pues suman 10 las personas con discapacidad visual que fueron arrolladas el año pasado.
Las avenidas principales que no tienen señal audible para el cruce peatonal son las que más ponen en riesgo a los ciegos que tratan de cruzar.
En algunas ocasiones, los peatones les ayudan, pero en general ellos tienen que esperar a escuchar que el tránsito sea detenido para poder atravesar las calles y no saben en qué momento la luz del semáforo cambia para poder subir a la acera y ponerse a salvo.
Esfuerzo de años
El director y fundador de la Unión de Minusválidos de Querétaro, Alfredo Blandina Fernández de Lara, señaló que no ha sido fácil lograr que las personas ciegas o débiles visuales que asisten a la escuela dignifiquen su persona y se preparen profesionalmente.
Sin embargo, reconoció que ha habido logros gracias al esfuerzo y al trabajo de asociaciones como la suya que lleva 27 años de operación.
“Es algo grandioso ver que con el trabajo que hemos realizado durante 27 años, que tiene de vida la institución, hemos logrado tener personas de bien para Querétaro que dejaron de vegetar en su casa y ahora son deportistas, profesionistas”, concluyó Fernández Lara.