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Con una sonrisa y buena actitud, el poeta y enólogo Edmundo López Díaz, se acerca a la gente para ofrecer sus libros.
Edmundo se aproxima a las personas y les saluda con un cálido “¡buenas tardes!”. La mayoría de las veces, obtiene como respuesta un tajante “voy de prisa”, sin que quien suelta la frase sepa de qué se tratará el mensaje.
Es persistente, vuelve a acercarse a otra persona y se detiene, inicia un diálogo y, con suerte, logra vender un libro con sus poemas.
Desde hace 22 años recorre distintos puntos de la ciudad, el estado y el país. Algunas veces se encuentra a personas gentiles, otras veces no, pero la venta personalizada es la manera en la que puede compartir su poesía.
Dentro de los límites de Querétaro, Edmundo López Díaz ha visitado los municipios de Tequisquiapan, Ezequiel Montes y San Juan del Río, pero también ha recorrido las playas de Cancún con sus libros bajo el brazo.
Toda la vida ha escrito, pero vender libros surgió por casualidad en 1990, año en el cual publicó por primera vez. Sin embargo, ninguna librería quería comprar y poner a la venta su obra.
“Los tuve que dejar a consignación en una librería. Yo estaba confiado que se iban a vender. Llegue a la semana y no se había vendido ni uno solo; regresé al cabo de un mes y no se había vendido nada. Entonces los recogí y, con mis libros bajo el brazo, estuve caminando por la playa y personalmente los empecé a vender”, relata.
López Díaz es autor del cuento Juanito Corrales, del cual ha vendido 100 mil copias de esta forma.
Además, fue ganador 2004 y 2005 de el premio El Laurel de Oro entre México y España. Esta condecoración le fue otorgada por la forma en que este escritor vende sus libros: bajo el brazo y acercándose a la gente en la calle.
Hasta el momento tiene seis obras de poesía y publicaciones pequeñas, además de dos libros que hablan de vino. Actualmente está próximo a imprimir un texto sobre aspectos técnicos del vino.
“Tengo libros de poesía, libros formales, muchas plaquetitas (publicaciones muy pequeñas), un libro en coautoría con la señora Susana Alexander y tengo (otros) dos que hacen referencia al vino”, refirió Edmundo López.
Este escritor nació en una familia en la cual el tema de conversación por años fue el vino y eso lo llevó a convertirse en responsable de la fabricación de esta bebida (enólogo). Posteriormente, debido a su pasión por la vid se convirtió en coleccionista de destapa corchos.
Para el joven poeta los destapa corchos no son como simples utensilios de cocina, sino que son utensilios con historia.
“Soy enólogo porque crecí en una familia donde había mucho vino. Mi papá era enólogo por profesión. Entonces, todas las pláticas de familia eran en torno al vino. Cuando comencé a estudiar me di cuenta que (los sacacorchos) eran utensilios muy antiguos”, expresó el poeta.
Actualmente tiene 54 años de edad y vender libros ha sido su forma de vida. “Como dice una canción de Cri-Cri: siempre ando con mis libros bajo el brazo”, concluyó.