La risa nutre el alma, este dicho cobra especial importancia cuando se habla de aquellos enfermos postrados en camillas esperando buenas nuevas. El valor de una sonrisa es bien reconocido por un grupo de jóvenes sanjuaneses dispuestos a cambiar diagnósticos clínicos con Operación Sonrisas.
Hace año y medio en la mente de Andrea Sánchez Alatorre Betancourt surgió la idea de llevar cariño y ratos amenos a los enfermos, su propuesta fue bien vista por sus padres y apoyada por sus amigos. La joven de 19 años se había inspirado en la película Patch Adams, entonces era más joven, pero nunca renunció a su objetivo.
Recientemente constituida como asociación civil, Operación Sonrisas comenzó actividades como Narices rojas y fue filial de la agrupación del mismo nombre, ubicada en Guadalajara, y con vasta experiencia en llevar ratos amenos a los enfermos.
Operación Sonrisas fue el nombre definitivo que adoptó esta asociación que fue bien recibida por directivos del Hospital General de San Juan del Río que, además de estrenar edificio, este centro médico arrancó con un servicio extra: hacer reír.
Cada sábado a las 18:00 horas, los jóvenes se reúnen en el hospital para planear sus actividades con los enfermos, a quienes visitan ataviados con narices rojas, moños y sombreros para amenizar el rato con los pacientes.
El desfile de los adolescentes por las salas de maternidad y pediatría dura menos de una hora, pues en experiencia de Andrea Sánchez, una “terapia” de 50 minutos es suficiente para cambiar el ánimo de los enfermos, “si nos quedamos más tiempo dejan de ponernos atención, baja su interés y también su estado de ánimo, lo que pretendemos es dejarlos contentos”, asegura.
Entre el personal del hospital llama la atención el compromiso que los jóvenes demuestran por esta actividad; cada sábado sin excusa acuden con la mejor disposición para hacer reír. Los cambios en el estado emocional y físico de los pacientes ha sido favorable desde que Operación Sonrisas llegó al nosocomio, coinciden médicos.
Mientras los niños son animados con chistes, los adultos mayores prefieren ser escuchados, algunos otros pacientes sólo desean compañía; enfermos terminales también han llegado al hospital y Operación Sonrisa tiene preparado algo para todos estos casos.
A su corta edad, estos jóvenes han enfrentado la muerte de pacientes con quienes han forjado frágiles amistades. Estas experiencias han formado parte de su capacitación para entender el valor de la vida y apreciar lo que se tiene, aseguran Diego Morales y Jaqueline Hernández Vega, integrantes de la asociación.
La tarea no ha sido fácil, los chicos debieron tomar cursos de capacitación y pláticas con sicólogos y tanatólogos. De igual forma se han acercado a la asociación México Sonríe, para prepararse y entender mejor a los pacientes y ayudarlos, detalla Andrea.
“Cuando decidimos capacitarnos nos dimos cuenta que nos faltaba mucha preparación, decidimos iniciar con más cursos, transmitimos nuestra experiencia a los voluntarios para estar preparados ante cualquier situación, saber trabajar con los niños, con los adultos”, explica Andrea Sánchez.
El interés por participar en Operación Sonrisas ha ido en aumento; actualmente esta asociación cuenta con 60 voluntarios, se trata de jóvenes que no rebasan los 20 años de edad y que dedican parte de su tiempo a convivir con los enfermos.
“Quienes estamos en esta asociación, sí nos interesa ayudar a los pacientes, hay algunos que quieren ser doctores otros nos queremos dedicar a la educación especial, estamos aquí porque nos gusta y sabemos que no es un juego”, asegura Andrea.
Este año, Operación Sonrisas busca apoyar a pacientes del Hospital del Teletón, acudir a asilos de ancianos y también a casas hogar.