El obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz, exhorto a los católicos queretanos a no cerrar los ojos ante la violencia que está viviendo la sociedad, y a comprometerse con la vida social del pueblo, palabras que expuso en su homilía durante la celebración del Corpus Christi, llevado a cabo este jueves en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario del Rayo.
Recordó que es necesario establecer la paz y fe en el país y en los hogares, citando lo que aconteció hace algunos días en la entidad queretana en la comunidad de Santa Rosa Jáuregui, “acontecimientos que nos han consternado a todos en donde un padre es capaz por sentimientos de asesinar a sus propios hijos por venganza y después quitarse la vida”.
En este sentido, el obispo, aseguro que la iglesia no tiene como tarea propia emprender una batalla política para realizar la social más justa posible, sin embargo, indicó, no puede, ni debe quedarse al margen de la lucha por la justicia.
“La iglesia debe insertarse en ella a través de la documentación racional y debe despertar de las fuerzas espirituales, en quien se quede con los brazos cruzados ente la violencia, la injusticia, quien ha perdido la sensibilidad y no tiene la suficiente tenacidad y fortaleza para poder afrontar los desafíos que son un reto en nuestra sociedad”.
Recordó que aquellos que participan en la eucaristía de la iglesia deben comprometerse para construir la paz que requiere el mundo, el cual está siendo marcado por la violencia, y en particular por el terrorismo, la corrupción económica y la explotación sexual.
“Problemas que a la vez engendran otros problemas agravantes, son los que despiertan la preocupación, hermanos no nos saquemos los ojos para no ver, no cerremos los ojos como si no fuera de nuestra incumbencia, debe denunciarse las circunstancias que van contra la dignidad del hombre, del cual cristo ha derramado su sangre, afirmando el alto valor de cada personas, de su dignidad y su condición, seremos generadores de violencia en la medida de que nosotros nos quedemos con los brazos cruzados ante los que siguen sufriendo”.
Invito a los laicos a trabajar en este “desafío”, a adentrarse en el camino de la formación, creando un frente común para hacer frente a la realidad que hoy vive la sociedad, esto a través del significado de la celebración del Corpus Christi, con una procesión por calles y avenidas de la ciudad con el propósito de adorar a Jesús en el festín.