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En la colonia México las familias afectadas por el torrencial del fin de semana exhiben sus pertenencias destrozadas y en el rostro su molestia por esta contingencia.
Aseguran que desde hace 6 años han empeorado las condiciones en esta zona porque el crecimiento urbano no ha permitido que el agua siga su cauce natural.
En la casa de Gonzalo Pérez González los encharcamientos son recurrentes. Él y su esposa intentaron en vano salvar sus pertenencias y por un momento olvidaron a sus mascotas, dos perros maltes con cruza que no pudieron sobrevivir. Los cuerpos de los animales quedaron sepultados en el lodo, los descubrieron elementos del Ejército cuando iniciaron las labores de limpieza.
En la inundación de 2010 se dañaron sus aparatos electrónicos y sus muebles. “Esa vez llegó una persona del gobierno ofreciéndonos una despensa y se tomó la foto con nosotros, la realidad es que no queremos despensas, queremos que se solucione el problema de las inundaciones”, asegura.
José Pérez fue otro de los afectados en la misma calle. La intensidad con que el agua entró a su casa, que se ubica en la calle Durango, arrastró a su nieta. Los moradores reaccionaron de inmediato para salvarla.
También es la segunda vez en que la casa de José Pérez se inunda, la primera fue en hace seis años, cuando el antiguo hospital general se vio afectado también. Todos los habitantes de la zona lo mencionan como un referente de la última vez en que la lluvia arrasó con todo en esta colonia y en otras localidades de la zona oriente.
“En 2010 fuimos al estado a pedir apoyo, nadie nos atendió, y ahora nadie del municipio ha venido a apoyarnos, sólo los de Protección Civil fueron a las casas menos inundadas y el Ejército que nos ayudó. No pudimos contener el agua, casi se lleva a mi nieta, qué mas podemos decir, sólo vean nuestra casa para darse una idea”, menciona José Pérez.
Los afectados aseguran que los problemas de encharcamientos han empeorado desde que el sistema pluvial de la zona industrial deriva en los drenes de esa área; explican que esa infraestructura no cuenta con la capacidad para contener el volumen de agua de la zona empresarial y de la parte alta de la cabecera.
En la zona que se conoce como El Centenario existían dos bordos que contenían el agua y que fueron tapados para desarrollar viviendas. Los pobladores de la zona oriente aducen que este crecimiento poblacional ha sido la causa de que el agua de lluvia no pueda ser contenida y llegue hasta las colonias de esta parte de la ciudad.
El caso de Teresa Torices Azcue es conocido por todos los vecinos de la calle Durango, ella perdió todo su patrimonio depositado en su miscelánea “Ana Laura” donde el agua superó el metro de altura.
Incluso, la intensidad de la corriente dobló la cortina de metal y los productos comenzaron a flotar. Otros afectados testificaron cómo en el momento de la contingencia personas de la misma colonia robaron los productos.
“No quisimos ir a los albergues, por la madrugada vino el presidente [municipal] junto con sus funcionarios y nos ofrecieron ir al albergue, pero no aceptamos, pues varios vecinos vieron cuando saquearon mi tienda. Irse podría significar perder las pocas pertenencias que se salvaron”, comenta Teresa Torices.
Sin embargo, de acuerdo con el secretario de Seguridad Pública Arturo Calvario, únicamente se reportaron dos robos a la corporación a consecuencia de las lluvias.
Indicó que uno de estos fue en la miscelánea de Teresa y otro más a la tienda de abarrotes por mayoreo “Casa Vargas”, que se ubica en Paseo Central y donde no hubo responsable alguno que pudiera evitar el saqueo, sólo comerciantes de la zona reportaron los hechos y se dispuso una patrulla para resguardar la tienda, cuya cortina también se dobló con el agua.
En la casa de Magdalena Ramírez Lizardi el agua superó el metro de altura. Ella perdió electrónicos, estufa, sala y computadoras. “Sólo me quedé con lo que traigo puesto, subí al segundo piso y por eso me salvé pero la intensidad de la lluvia arrasó con mis cosas, todas mis cosas se las llevaron”, señala.
A diferencia de las demás viviendas, la de Magdalena Ramírez se encontraba vacía, la afectada aseguró que a temprana hora personal del municipio sacó todas sus pertenencias y se las llevó en un camión de volteo.