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Para realizarse un tatuaje hay que tomar en cuenta distintos aspectos sumamente importantes ya que este tipo de arte corporal nos marcará de por vida... Literalmente.
Como cualquier artista expresándose, tenemos que encontrar a un tatuador con el estilo, calidad y apreciación de los detalles que nos interesan, para evitar tener un dibujo que nos desagrade verlo en nuestra piel por siempre.
La higiene del lugar es primordial. El proceso consiste en inyectar tinta en nuestra piel, para esto se requiere el uso de guantes, material esterilizado, un lugar apropiado y limpio, con toda confianza pide que la persona que te vaya a tatuar te muestre que los utensilios a usar sean nuevos o esterilizados.
El dolor es inevitable, sin embargo es soportable, en otras palabras... ¡No te muevas! Intenta morder un trozo de tela, pensar en otra cosa, mascar un chicle, apretar la mano de un amigo o tan sólo deja que el dolor pase.
El cuidado posterior es elemental, protégelo del sol y del polvo, no comas carne de cerdo y mantenlo limpio y humectado con una crema especial.
Es para siempre, así que visualízate con el en 10, 20, 30 años y más, así que, si te vas a tatuar un rostro famoso o una marca, piensalo bien y considera que hay gente con tatuajes de Calvin y Hobbs y ahora sólo es una caricatura descontinuada que pocos reconocen.