Al principio nadie entendía nada. Algunos decían que unas abejas habían picado a alguien, pero le restaron importancia.
De pronto, la alerta se generalizó en la cima del cerro del Bautisterio, donde se llevaría a cabo la crucifixión de Cristo durante la representación de la Pasión en La Cañada. Actores y público, estimado en poco más de mil 200, fueron desalojados por la agresividad de los insectos.
Los elementos de Protección Civil de El Marqués comenzaron a pedir a la gente que bajara del cerro por el peligro. Algunos se negaban, a pesar de los esfuerzos de ese personal. Dos de ellos sufrieron piquetes de los insectos y tuvieron que ser trasladados al hospital general para su valoración.
Algunos de los actores de la representación también fueron atacados por las abejas. Uno de ellos fue bajado del cerro por dos elementos de Protección Civil, llevaba el rostro cubierto.
Por un momento reinó el caos. La gente bajaba del cerro lo más rápido que podía, pero lo escarpado del terreno impedía una evacuación rápida y segura. Muchos de los presentes eran niños, algunos de los cuales, asustados, lloraban.
Ante los gritos de la gente y del personal de seguridad, las abejas se volvían más agresivas. Los insectos volaban alrededor de las personas, quienes manoteaban para asustarlas.
Al pie del cerro se habilitó un puesto de atención, donde fueron tratadas las personas que presentaron picaduras. Muchos de los atacados fueron elementos policiales de El Marqués y del estado, los últimos en abandonar el lugar al momento de la evacuación.
En el puesto de auxilio, donde elementos de Protección Civil y de El Marqués, Cruz Roja y policías estatales y marquesinos atienden a los lesionados, dos mujeres paramédicos revisan a un bebé de brazos. Mientras una lo carga, la otra revisa minuciosamente cada parte del cuerpo del menor.
A un lado, revisan a una joven, quien presenta algunas picaduras en su brazo izquierdo. Incluso presenta manchas de sangre.
Carlos González Ramírez, presidente del grupo Tribunales de Cristo, señala que antes de hacer la representación sostienen reuniones con las autoridades correspondientes, como Protección Civil, a quienes piden siempre que revisen los panales de abejas, tanto del templo de San Pedro, como del cerro del Bautisterio.
“Hay muchos panales (de abejas), como si no hubieran venido a revisar. Incluso el pasto también está muy seco, para lo cual pedimos que también hagan algo, para evitar que haya un incendio cuando la gente está aquí”, precisa.
Agrega que le duele que se haya suspendido la representación de la Pasión de Cristo que tiene 153 años de historia y 56 años de llevarse a cabo de manera ininterrumpida.
Dio a conocer que muchos de los actores fueron atacados por las abejas, así como al sacerdote que acompaña el recorrido del Cristo de La Cañada.
Alrededor de 5 mil personas suben al cerro del Bautisterio para ver la parte final del Viacrucis. El problema es que la cruz que está en la cima del cerro es la única que tienen y no pueden bajarla por las abejas que permanecen en el sitio.
La mayoría de la gente se retira del cerro. Muchos aún espantan con las manos a las abejas que los siguen. Algunos actores caracterizados de centuriones romanos aguardan órdenes. Les dicen que la representación se trasladó a un costado del templo de San Pedro.
Poco a poco el cerro se va quedando solo. La gente termina de bajar, aunque en algunas zonas se ven familias ajenas o indiferentes a los ataques de las abejas.
Los policías permanecen en el puesto de emergencias. Algunos tienen el rostro enrojecido, muestra de los piquetes sufridos. Otros más colocan hielo en sus orejas o frente, mientras reciben órdenes de sus mandos.
Hasta antes del percance, todo se desarrolló con normalidad, con algunos retrasos en el programa, pero dentro de lo normal. Todo transcurría de acuerdo al programa: Jesús era azotado por los centuriones, cargaba la cruz, caía tres veces, se encontraba con su madre, María; con las mujeres de Jerusalén, Judas se quitaba la vida, pero el desenlace tendría que esperar.